Las ballenas jorobadas dejaron de cantar al pasar un barco y permanecieron en silencio durante al menos la siguiente media hora, según las observaciones de investigadores japoneses en una zona pequeña y tranquila del Pacífico, a 1.000 km al sur de Tokio.

Cada día, los investigadores escucharon bajo el agua gracias a dos micrófonos submarinos el canto de algunas ballenas antes y después del paso del único gran barco que cruza estas aguas, entre las 07H30 y las 08H00 de la mañana, cerca de Chichijima, en las islas Ogasawara.

Las ballenas parecieron alejarse inmediatamente del barco. Solo una, durante el experimento que duró de febrero a mayo de 2017, permaneció dentro de un radio de 500 metros. Y una vez que el barco pasó, las ballenas que estaban a menos de 1.200 metros de distancia ne la mayoría de los casos murieron o redujeron su nivel sonoro.

"La principal respuesta de las ballenas jorobadas fue dejar de cantar, ya sea al acercarse el barco o después de su paso", escribe Koki Tsujii, de la Asociación de Observación de Ballenas Ogasawara, y sus colegas en este pequeño estudio publicado en la revista científica PLOS One el miércoles.

El artículo plantea muchas cuestiones sin respuesta. No se sabe, por ejemplo, por qué las ballenas quedan en silencio, en lugar de cambiar el canto. No se sabe cómo reaccionan las hembras al ruido generado por el bote, ya que solo los machos cantan. Y la muestra es pequeña: 26 ballenas observadas en 35 días, solo entre una y tres por día.

Pero la investigación sobre las consecuencias del barullo generado por los humanos bajo los océanos es antigua y conocida.

Numerosos estudios han destacado desde hace años las perturbaciones e incluso los estragos en peces, cetáceos y plancton, causados ​​por el ruido de los motores de los buques, los portacontenedores y los cañones de aire utilizados por la industria petrolera para explorar el mundo submarino.

Este estudio, aunque limitado, es "sorprendente", dice Linda Weilgart, de la Universidad Dalhousie de Canadá y consultora de la ONG OceanCare, porque la reacción de las ballenas se produce frente a un nivel de sonido bajo. Ella insta a realizar otros estudios para confirmar y detallar este trabajo.

"Este estudio agrega otra pieza al rompecabezas de un planeta azul que se ha vuelto demasiado ruidoso para las ballenas", agrega Nicolas Entrup, experto de OceanCare, que está tratando de movilizar a la comunidad internacional contra el ruido submarino. "Es hora de bajar el volumen".