Varios negocios, no esenciales, tuvieron que mantenerse cerrados desde marzo. Algunos apenas abrieron en El Salvador hasta agosto.


El Salvador es uno de los 10 países que tuvieron los esquemas de confinamiento (cuarentena) más prolongados para frenar la pandemia del covid-19, un período que se extendió por cinco meses de los que en tres la actividad económica se redujo a un 20 %, únicamente a las calificadas como esenciales.

Tres especialistas del Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) y autores del análisis “Covid-19: las medidas de contención y la confianza”, consideran que en general la aplicación de esquemas largos de cuarentena tuvieron poco impacto sobre la crisis sanitaria y efectos devastadores para las economías.

“Esta es una región que, pese a sus intervenciones no farmacéuticas (INF) tan rigurosas, lideró hasta mediados de noviembre de 2020 el ranking mundial en el número de casos de covid-19: con apenas el 9 % de la población mundial, la región representa el 21 % de los casos confirmados y el 32 % de las muertes por covid-19 a nivel global”, dice el documento firmado por los economistas Agustina Schijman y Diego Vera-Cossio, en conjunto con la consultora y científica de datos Carolina Correa-Caro.

Agregan que los países emergentes y en desarrollo, con pocas excepciones, tuvieron los confinamientos más estrictos y prolongados. Entre ellos, destacan los países de América Latina y el Caribe donde están ocho de los 10 países con confinamientos más prolongados entre marzo y octubre.

El análisis aclara que “los confinamientos efectivos requieren tanto de la capacidad de los gobiernos para hacerlos cumplir como de la voluntad de los ciudadanos para cumplirlos. ¿Cuánto duró el cumplimiento? No demasiado tiempo”.



Añaden que esto no implica que los confinamientos no fueran efectivos en la región: “Después de todo -valoran-, la movilidad disminuyó en las primeras 10 semanas de confinamiento, retrasando tanto la propagación del virus como las hospitalizaciones”, uno de los objetivos que los gobiernos perseguían para evitar el colapso de sus sistemas sanitarios.

 

Indicadores bajos.

Antes de la pandemia, en el caso de El Salvador, el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE) crecía a una tasa entre el 2.7 % y el 2.4 %, pero se hundió hasta -21.5 % en mayo tras comenzar a operar en valores negativos desde marzo, un comportamiento que sigue vigente hasta el dato de noviembre (-6.95 %), el último disponible en la base del Banco Central de Reserva.

De cara a posibles nuevos rebrotes y el todavía lento avance de las jornadas de inmunización, los investigadores creen que mantener confinamientos severos durante un largo período de tiempo resulta todo un reto y que un enfoque más de adaptación podría haber resultado más eficaz para salvar vidas y reducir los costos económicos y sociales.

Las cuarentenas permitieron a los gobiernos reforzar su sistema sanitario.


“En los países avanzados, la adopción temprana de confinamientos de corta duración, seguida de un enfoque de adaptación de ‘prueba y error’, resultó eficaz para frenar la propagación del virus”, dice el análisis.

Los autores concluyen la regióntendrá que poner en práctica las enseñanzas adquiridas a partir de la amplia gama de enfoques de países, en distintas partes del mundo. Sostienen que la respuesta sobre “¿Qué hemos aprendido?” todavía no es sencilla, y todavía hay incertidumbre sobre lo que ha funcionado y lo que no, aunque hay certeza de que medidas sencillas como el uso de mascarillas y el distanciamiento social ayudan a evitar contagios.