Me alegró mucho ver esta semana al presidente del INDES reclamar que se hubiera autorizado el ingreso del 50 % de capacidad de los aficionados al Estadio Cuscatlán y reclamar que no hubiera un aforo superior al 30 %. Las aglomeraciones en los estadios en plena pandemia ya se estaban volviendo costumbre como vimos hace unos días. Dichosamente, hay una autoridad competente que se toma en serio las restricciones y la bioseguridad en estos tiempos difíciles de coronavirus.

Pero la gran pregunta es ¿quién controla los bares y centros nocturnos? ¿No hay autoridad competente que pueda establecer medidas para el aforo de cervecerías, night clubs y bares en el área metropolitana y otras ciudades del país?. Lo que vimos el fin de semana con el relajo ese de una pelea callejera en una cantina de San Benito fue el colmo. Dos tipos se agarraban a golpes con todo y público filmándolos. Ni un tercio de los espectadores a tan asquerosa escena usaba mascarillas y mucho menos guardaban la distancia recomendada. Les aseguro que los chupaderos del centro capitalino guardan mucho mejor las medidas que esas cervecerías que presumen de elegantes en esas zonas de San Salvador.

Así como el presidente del INDES, Yamil Bukele, reclamó contundentemente lo del Estadio Cuscatlán, así debería haber una autoridad nacional o municipal que impusiera orden en bares, cantinas y chupaderos para medir el aforo y hacer conciencia de las medidas de bioseguridad. ¿Será posible? Cuando se quiere, se puede.