Imputados en el asesinato de la agente Carla Ayala a su llegada al tribunal. / Diego García


En el juicio contra ocho policías y cinco civiles en el caso de la agente Carla Mayarí Ayala, no se pudo ordenar y depurar la prueba que se conocerá en la vista pública, porque los defensores se opusieron, dijo ayer la Fiscalía General de la República.

Los defensores de los imputados llegaron con la idea de retrasar el proceso y pidieron al Juzgado Especializado de Sentencia para una Vida Libre de Violencia y Discriminación para la Mujer que se programara nueva audiencia especial para ese fin y se dejara sin efecto el juicio señalado para el próximo 16 de marzo.

Sin embargo, la jueza de la causa rechazó esa pretensión, por considerar que a los 13 imputados se les debe resolver su situación jurídica, pues ya llevan más de dos años de estar siendo procesados.

Al no llegar a un acuerdo para ordenar y depurar la prueba, el fiscal Arturo Cruz, manifestó que el juicio será más prolongado.

“Nosotros, como representación fiscal, hemos presentado una bastedad de prueba documental, testimonial y, sobre todo, pericial, para robustecer todas las imputaciones que se les han hecho a las personas procesadas”, justificó.

Los policías acusados de incumplimiento de deberes son: el subcomisionado Julio César Flores Castro, quien era el jefe del extinto Grupo de Reacción Policial; el inspector Pablo Antonio Estrada Villalobos, Salvador Enrique Chávez, Juan Antonio Linares Flores, Josué Antonio Pérez Pineda, Alex Obdulio López Martínez, Ovidio Antonio Pacheco Morales y Wilfredo Deras, los dos últimos también son acusados de feminicidio agravado en comisión por omisión.

Se procesa además a los particulares, Víctor David Castillo Campos por cómplice necesario de feminicidio, mientras que por encubrimiento enfrentarán el juicio: Edwin Isaac Esquivel Chávez, Joel Isaac Castillo Arévalo, Edgardo Alfonso Chavarría Castillo y José Atilio Jiménez Quintanilla.

Carla Ayala fue asesinada la madrugada del 29 de diciembre, cuando Castillo Arévalo le disparó en la cabeza, al interior de un carropatrulla del extinto GRP, cuando iban a dejarla a su casa, en Apopa.