Greenpeace llamó hoy al gobierno de Nueva Zelanda a tomar medidas para contener el sector lácteo y reducir el número de vacas en el país, al considerar que el exceso de ganado contamina ríos y aumenta los riesgos para la salud pública.

En un estudio publicado hoy la organización denunció en particular la proliferación de granjas intensivas, que concentran un gran número de ganado en poco espacio con el apoyo de sistemas de regadío.

Según Greenpeace, este tipo de ganadería es en gran parte responsable del deterioro que en los últimos 20 años se ha registrado en la calidad del agua de ríos, el 70 por ciento de tramos de los cuales no alcanza el nivel óptimo para el baño.

La organización también relacionó el crecimiento de las explotaciones ganaderas con varios brotes de E.Coli y atribuyó al agua contaminada 18.000 de los 34.000 casos de enfermedades gastrointestinales que se registran cada año en el país.

Los ecologistas organizaron una protesta ante el Parlamento para pedir a las autoridades que detengan planes para crear nuevas granjas intensivas y cesen las subvenciones a los sistemas de regadío que las hacen posibles.

También pidieron que los fondos públicos se dirijan a ayudar a los ganaderos a llevar a cabo una reconversión hacia modelos más ecológicos, con menor densidad de vacas por hectárea y menor uso de fertilizantes.