El juicio del feminicidio agravado contra la periodista Karla Turcios llegó a su final la semana anterior, con un fallo de condena máxima según la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para la Mujer –LEIV– y estableciendo precedentes y marcando un antes y un después para el combate y judicialización de casos por la Fiscalía General de la República –FGR– por medio de sus unidades especializadas, no por que no existan más casos o porque no habían ganado otros casos, sino que este caso fue uno de los más emblemáticos en el año 2018 que se generaron varios casos mediáticos que generaron repudio en la población y logró posicionar políticamente la palabra “feminicidio” a pesar que se estableció en la legislación salvadoreña desde 2011 y entró en vigencia en el 2012.

Luego de la sentencia de condena de 50 años y $40,000 de responsabilidad civil, hay una parte de la sentencia de la señora jueza del Juzgado Especializado para una Vida Libre de Violencia para la mujer, y es mi opinión la situación del hijo de la periodista Karla Turcios quien perdió a su mamá que fue asesinada por su papá, y su padre condenado a 50 años de prisión, ha quedado bajo el cuidado y sostenimiento de sus abuelos, el niño necesita de atención y apoyo especializado por tener diagnóstico de autismo; su papá Mario Alberto Huezo Portillo asesino a su mamá, asfixiándola en su casa, en su presencia, con toda crueldad y sin ningún tipo de consideración para su hijo, y al día siguiente en el vehículo con su hijo al interior fue a tirar el cuerpo en una carretera siempre como testigo el niño.

Como sociedad nos enfocamos en la vida y acciones del feminicida, ante los casos que se vuelven mediáticos, la noticia acapara maderas de periódicos, notas principales en radio y televisión, y nos capta la atención, ¿cómo la mató? detalles, ¿cómo es él? nos interesa conocer su vida, es más, mucha población se identifica con el asesino; por eso el éxito de libros y series; incluso una corriente de mucho éxito en la criminología es la perfilación criminal; en esta oportunidad hago un llamado al Estado salvadoreño para que se presenten las iniciativas de ley y modificaciones para poder cubrir este vacío que existe con relación a los hijos e hijas de estos casos, existe otra variable, asesina a la mamá y luego se suicida. En este caso están los abuelos, pero existen otros casos que no. Que pasan al ISNA limitando su desarrollo y oportunidades.

Ninguna Institución a la fecha tiene un registro sobre estos niños y niñas que quedan huérfanos por feminicidios; el Estado ha fallado en esta legislación, es una deuda; debe quedar claro en la legislación la función de cada institución y sobre los servicios básicos para niños, niñas y adolescentes como educación, servicios de salud, alimentación y otros. Es un enfoque que por ser “víctimas indirectas” que nadie está pensando en la restauración de sus derechos.

Mi llamado es para las principales instituciones que no solo cuenten y lleven el registro de mujeres asesinadas y de feminicidios en sede judicial. En primer lugar a los Juzgados Especializados para una vida libre de violencia para la Mujer a presentar un registro actualizado, al Isdemu armonizar los datos del órgano ejecutivo, la UTE a mejorar su plataforma de datos y estadísticas, así como propuestas de reformas de ley o leyes nuevas de ser necesario. De igual manera a los ministerios de Educación, Salud, ISNA, ISRI, involucrar a las alcaldías a nivel nacional, empresa privada, patronatos, ONG, Fundaciones. Estado salvadoreño reacciona ante la necesidad de sus niños, niñas y adolescentes.