Antes se consideraba a las ingenierías como las carreras del futuro, pero la incursión de la tecnología cambió la tendencia y ahora, cada día más, las empresas requieren a profesionales en computación y desarrollo de software, aseguró Andrew Harris, profesor de varias universidades de Estados Unidos y experto en programación.

Harris imparte clases en diferentes instituciones de Estados Unidos, como The University of Sydney, en el área de desarrollo de software e ingeniería de computación, disciplinas que ha abordado en 16 libros que cuentan con más de un millón de copias vendidas. Visitó a El Salvador por invitación de la estadounidense Keiser University para que compartiera sobre las carreras del futuro.

El profesor Harris destacó que, si bien es importante elegir una carrera de gusto, las personas que ingresarán a la universidad deben tener en mente y “los ojos abiertos” hacia dónde se dirige la perspectiva de trabajo. “Cada empresa necesita una base de datos. No hay ningún negocio que no tenga presencia en línea y, por eso, los trabajos del mañana son sobre procesos, información y ciencias de computación”, comentó.

Bajo la premisa que “lo que pasa en Estados Unidos tiene repercusiones en el resto del mundo”, el experto detalló que en ese país la mayoría de ciencias duras -como la física- genera 4,000 empleos por año, otros 5,000 provienen de análisis de sistemas y 8,000 de apoyo a computación. En desarrollo de software se crean hasta 30,000 anuales.

“Unos 11 graduados compiten por trabajos en ciencias naturales, mientras que por cada graduado en computación hay seis empleos diferentes”, señaló. Sin embargo, “no todo es sobre programación”, en esta tendencia de las nuevas carreras las disciplinas que han acompañado al ser humano desde sus orígenes aún se requieren.

La comunicación es “una parte crítica”, la ciencia de datos no es solo para programar sino que se crean sistemas “para solventar problemas”, se formulan modelos y se utiliza la matemática para predecir el futuro.

Los artistas también tienen una oportunidad, solo que se cambia los materiales tradicionales por herramientas tecnológicas para moldear y crear una escultura digital. En estos procesos de transformación el ser humano seguirá siendo elemento indispensable, aseguró el experto, pues el cerebro de un robot es su creador y la inteligencia artificial es una simulación de la forma de pensar de la persona.

 

No todo está perdido

Un informe sobre “los trabajos del futuro” del Foro Económico Mundial (FEM), publicado en septiembre de 2018, advirtió que las “máquinas harán más tareas” que los humanos para 2025 y aun así la revolución robótica creará 58 millones de nuevos empleos en los próximos cinco años.

El FEM elaboró este informe con encuesta a directores de recursos humanos y ejecutivos de empresas de doce sectores, distribuidas en 20 economías desarrolladas y emergentes. El 50 % de las corporaciones consultadas aseguró que para 2022 reducirá la planilla de tiempo completo por automatización de sus procesos.

Por su parte, una reciente publicación de Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señaló que en los próximos 15 años en América Latina se requerirán 10.3 millones de maestros, 2.4 millones de médicos y 6.2 millones de enfermeros. Esto se explica porque los trabajados del sector social tienen una baja probabilidad de ser automatizados ni pueden ser desarrolladas con inteligencia artificial.