Muchas personas católicas llegan a Las Pavas, Cojutepeque, a mostrar su fe, agradeciendo milagros . / Wilson Urbina


El Santuario ubicado en el cerro Las Pavas, Cojutepeque, departamento de Cuscatlán, se llenó de fervor y devoción ante la visita de cientos de feligreses que hicieron largas filas, entre cantos y oraciones, para postrarse ante la imagen de la virgen de Fátima, agradeciendo milagros o haciendo peticiones.

“Vengo agradecerle todas las bendiciones porque me quitó el vicio de tomar, ya tengo seis años que me aparté de eso, me siento muy feliz de agradecerle a la virgencita”, expresó Raymundo Calderón, de 58 años, quien salió a las 6:00 de la mañana junto a toda su familia desde su casa en el Puerto de La Libertad.

“Para mí significa mi vida, la de mis hijos, mis nietos, todo. He tenido muchos milagros, mi hermano estaba en riesgo de muerte en Estados Unidos, vine aquí y lo puse en sus manos y, gracias a Dios, la virgen lo recuperó, ese es un milagro que jamás voy a olvidar, es un milagro vivo y yo lo viví”, comentó el señor Calderón, quien visita a la virgen de Fátima desde que tenía cinco años.

La feligresía católica celebra 102 años de aparición de la virgen a los pastorcitos Lucía dos Santos, Jacinta y Francisco Marto, en Portugal, y 69 años de haber llegado al cerro Las Pavas. Los creyentes en esta aparición buscan el consuelo y la intercesión de la Virgen de Fátima.

“Siento una paz, una tranquilidad, siento como que nada malo pasa a pesar de que hay delincuencia, hay robo, hay maltrato, pero cuando uno está con ella se siente aquella paz, uno trata de olvidar los conflictos y problemas que hay en el mundo”, indicó Astrid Avilés, de 15 años, quien viajó desde la colonia Altavista, Soyapango.

Marta de Jesús Maravilla, de 65 años, una mujer originaria de Ozatlán, Usulután, viajó desde su ciudad natal desde las 4:00 de la mañana, acompañada de sus hijos y nietos. Lo ha hecho, dice, desde que tiene memoria. “Es una tradición antigua de mi familia, desde años, desde que yo me acuerdo venimos y así le enseñamos a nuestros niños que no dejen la tradición, siempre lo hemos hecho en toda la familia”, expresó.

A lo largo del día se llevaron a cabo cuatro misas que finalizaron con una vigilia hasta horas de la madrugada.