La oposición de Nicaragua puso en duda la continuidad de las negociaciones con el Gobierno para buscar una salida pacífica a la crisis en el país tras una jornada donde la policía arremetió con violencia para impedir una protesta.

“Creemos que acciones como esa no contribuyen al proceso de negociación y ponen bajo riesgo cualquier intento de encontrar una salida negociada a la crisis del país”, dijo a la AFP el delegado de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y Democracia (ACJD), Max Jerez.

La acción de la policía, que el sábado impidió violentamente una marcha opositora y arrestó a unas 164 personas, que luego liberó, fue rechazada por distintos sectores dentro y fuera del país.

Periodistas nacionales e internacionales, entre ellos el camarógrafo de AFP Luis Sequeira, fueron agredidos mientras daban cobertura a los incidentes.

El gobierno no se pronunció sobre los incidentes, excepto a través de un comunicado de la policía en el que dijo que “pese a las advertencias” sobre una actividad no autorizada salieron grupos de personas que violentaron el orden público.

El bloque opositor analizaba ayer la posición que asumirá para la continuidad de las negociaciones. Aunque con algunos matices, sus miembros creen que el diálogo es la única salida a la grave crisis que afecta a Nicaragua, uno de los países más pobres de América Latina.

El presidente Daniel Ortega gobierna desde el 2007 y enfrenta desde hace 11 meses la peor crisis detonada por protestas, que dejaron 325 muertos, más de 700 presos y miles de exiliados.

Las negociaciones que comenzaron el 27 de febrero entran hoy a la cuarta semana de trabajo, marcadas por un proceso lento y un impasse por el tema de la liberación de presos políticos, una demanda de la oposición.

El gobierno excarceló el viernes a 50 detenidos, tras una promesa de liberar a un “núcleo apreciable” de reos. Otros 100 presos fueron puestos bajo arresto domiciliar antes del inicio del diálogo.

Ortega “esta poniendo una lápida a la negociación que él mismo había convocado”, declaró a la prensa el jefe de la delegación opositora Carlos Tunnerman, aunque aclaró que es una opinión personal.

La forma en que se impidió la protesta es una muestra que “no existe voluntad” de Ortega para resolver los problemas del país por medios cívicos y pacíficos, añadió Tunnerman.

“Vamos a reflexionar y tomar una decisión; personalmente estoy de acuerdo de continuar el diálogo, no sé si hay que tomarse una pausa, pero es la única salida para una crisis como la de Nicaragua”, afirmó a la AFP Mario Arana, también delegado de la Alianza Cívica.