Alejandro Zelaya, ministro de Hacienda, debe presentar el anteproyecto del presupuesto de 2021 este miércoles a la Asamblea Legislativa. /DEM


El Ministerio de Hacienda se encuentra en la recta final para la presentación del anteproyecto del presupuesto general de la nación de 2021 este 30 de septiembre, un ejercicio que para la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) debe corregir los errores del pasado y proponer un ajuste que dé sostenibilidad a las finanzas públicas.

El presupuesto de la nación es la hoja de trabajo de un gobierno que contiene cuánto espera recibir en ingresos y cuánto prevé gastar en proyectos, remuneraciones o compromisos de deuda. Este es el segundo ejercicio bajo la administración de Nayib Bukele y se da en un momento clave por el impacto de la pandemia del covid-19 en las finanzas públicas.

Un ejemplo de “malas prácticas”, recordó Fusades, fue el presupuesto de 2017 que no incluyó el financiamiento para la deuda de pensiones y en abril de ese año se cayó en impago cuando la Asamblea Legislativa no le aprobó al Ministerio de Hacienda una reasignación para hacer frente a este compromiso.

¿Qué debe considerar el Ministerio de Hacienda en la elaboración del presupuesto?



  1. Equilibrio entre las necesidades de la emergencia del covid-19 y asegurar la sostenibilidad fiscal.

  2. Establecer nuevas metas de la Ley de Responsabilidad Fiscal y cambiar las reglas institucionales que rigen el uso de Letras del Tesoro (Letes).

  3. Un amplio consenso nacional entre los Órganos del Estado, empresa privada y sectores de la sociedad civil. Requiere voluntad política para respetar la institucionalidad.

  4. Elaborar junto a expertos una estrategia de salud, económica y social. Contar con planes y presupuestos.

  5. El presupuesto de 2021 debe ser apegado a la ley, completo y transparente. Flexible ante un entorno incierto.

  6. Avanzar en implementar el presupuesto por programa con enfoque de resultados.

  7. Se deben identificar con claridad los gastos por la emergencia y transparentar la deuda autorizada en 2020, así de la que se obtendrá en 2021.

  8. No recurrir solo a deuda para financiar la emergencia del covid-19, también debe hacerse un “verdadero ahorro” del gasto de forma sostenida. Debe incluirse en el presupuesto.

  9. Hacienda debe cumplir la sentencia de la Sala de lo Constitucional sobre racionalizar el gasto. Uno de los rubros que debe ordenarse es remuneraciones.

  10. Eficiencia y transparencia del gasto es imperativo ante las distintas necesidades y recursos escasos.


En un análisis económico, Fusades destaca que el Gobierno de Bukele tiene la oportunidad de corregir los vicios observados en los presupuestos de 2009 a 2017 de sobreestimar las proyecciones sobre gastos, como la devolución de impuestos, y establecer una ruta para reducir el endeudamiento.

El Ministerio de Hacienda establece en la Política Presupuestaria de 2021 que para el próximo año los ingresos y donaciones rondarán los $5,983.2 millones mientras que los gastos y concesión neta de préstamos será de $7,980.2 millones, de decir, que el presupuesto tendría un déficit con pensiones por $2,306.7 millones.

Fusades advierte que el Ejecutivo tendrá necesidades brutas de financiamiento por $4,112.7 millones para hacer frente al déficit fiscal, las amortizaciones de deuda y las Letes. Sin embargo, destaca que con los préstamos adquiridos este año se tienes cubiertos al menos $3,733.3 millones.

Por lo tanto, prevé que el Gobierno solo debería pedir $379.4 millones para financiar la brecha del presupuesto de 2021 y no el monto previsto para el déficit fiscal.