Para superar la crisis del Covid-19 debemos estar más unidos que nunca, sumar y no restar, en este momento de tribulación no cabe la división. Gobierno, emprendedores, empresarios, sociedad civil, etc., todos debemos comprometernos y apoyarnos, todos dependemos de todos. En el mundo ha aumentado la indiferencia egoísta, que sólo preocupa lo que conviene: la vida está bien si me conviene y cuando algo no conviene a los intereses del otro, se desata la ira. Esta actitud es terreno fértil para los “particularismos y populismos”, el odio crece rápidamente en estos suelos, es muy importante actuar en la tolerancia y la comprensión mutua.

La violencia verbal es terrible: cuántas palabras inútiles en redes sociales, cuánto tiempo perdido en impugnar y acusar, cuántas ofensas gritadas, independientemente de lo que se diga. No es el momento de distanciarnos y excluirnos, sino de hacernos cercanos e incluirnos; no a favorecer soluciones de fuerza, sino a iniciar caminos de proximidad en el entendimiento de la grave crisis que debemos enfrentar unidos, la pandemia del coronavirus como crisis sanitaria mundial, contagiando a más de 1,5 millones de habitantes en el mundo al día de hoy, y causando la muerte de más de cien mil personas, según últimos datos. Como consecuencia de esta pandemia, la economía global está siendo devastada, afectando gravemente el mercado laboral, llevando hambre y pobreza a millones de personas.

Veámonos en el espejo de México, pero para alejarnos. Un ataque que nunca había habido, como en las últimas semanas, con tanta confrontación social. El Gobierno de López Obrador, en lugar de buscar unidad nacional, se ha dedicado a confrontar a clases populares y a sus seguidores contra empresarios, ricos, conservadores, opositores, las instituciones del gobierno, la sociedad civil, los periodistas, los funcionarios del gobierno anterior y, en general, contra todo aquel que no está de acuerdo con el gobierno mexicano. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social no sólo ha mantenido ese discurso de odio y división, sino que lo ha incrementado, principalmente hacia las empresas. La Secretaría de Trabajo a todas luces está siendo dirigida con un perverso resentimiento social. En un país tan violento como México, las descalificaciones pueden tomarse como llamado a la violencia en contra de los que desacreditan, y eso no ayuda en nada, constantemente crucifican y abren fuego verbal frente a los que no están conformes con en el manejo de esta crisis, la cual necesita atender a la vez, los dos temibles vectores que tienen la misma dirección y magnitud, que se desprenden del Covid-19: salud y economía.

México perdió en dos semanas más de 346,800 empleos (El País, 08/04/20), mientras la iniciativa privada pide mayores compromisos al Gobierno de Obrador. Los empleos destruidos en estas dos semanas representan más del trabajo creado durante todo el 2019. Por eso México no nos da la pauta a seguir, han olvidado que EL MEJOR PROGRAMA SOCIAL ES UN EMPLEO.

De ahí parte la importancia del diálogo para resolver diferencias en nuestro país. Si bien es cierto, la gran mayoría está de acuerdo con las medidas de contención adoptadas por el Gobierno de El Salvador y la iniciativa privada dando toda la ayuda social posible, hoy en día, el diálogo supone siempre el ejercicio de escuchar al otro y conocer su forma de opinión, su pensamiento, sus ideas. El diálogo es muy importante en todo tiempo, sin embargo, hay situaciones sociales en las que el diálogo gana un poder preeminente y es realmente útil, más en medio de la crisis y cuando venga el momento de abrir la economía sin contagiar.

La comunicación, como expresión de la inteligencia humana, permea todas las actividades, en lo social, en lo político, en lo económico, en lo científico. Un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo, un compromiso. Un ejemplo de este significado que tiene la palabra que nos ocupa podría ser: “El Gobierno de El Salvador establece un intenso diálogo con la empresa privada, para encontrar una solución para enfrentar juntos el coronavirus y establecer así un acuerdo con una hoja de ruta clara, que nos lleve a proteger la salud de los salvadoreños sin descuidar la economía del país, la seguridad y el bienestar de sus habitantes”. ¡Sería la mejor noticia para los salvadoreños!