La Casa Blanca prometió este jueves medidas para hacer frente a la severa escasez de leche infantil, un problema que ha suscitado una ofensiva política de la oposición republicana contra el presidente Joe Biden.

Según el proveedor de datos Datasembly, la tasa de desabastecimiento de fórmula de leche para bebés alcanzó el 43 % a fines de la semana pasada.

El Ejecutivo estadounidense no especificó cuándo ni de qué forma anunciará las prometidas acciones para combatir la escasez.

Biden se reunirá con representantes del comercio minorista y productores de leche para bebés, dijo la Casa Blanca.

La oposición republicana, en campaña de cara a las elecciones legislativas de noviembre, se ha valido de este tema para arremeter contra el gobierno.

La congresista Elise Stefanik aseguró durante una conferencia de prensa haber contactado a la autoridad correspondiente, la agencia estadounidense de drogas (FDA), en febrero: "Joe Biden no tiene ningún plan. (...) Cuando le preguntamos a la Casa Blanca sobre la escasez, se rieron. Es vergonzoso", dijo.

"Misuri es uno de los seis estados de Estados Unidos donde más de la mitad de la leche para bebés está agotada", señaló otra legisladora republicana, Ann Wagner, y dijo que madres jóvenes regatean en Facebook para conseguirla.

Randy Feenstra, representante por Iowa, aseguró que en su región "las familias hacen 50, 75, hasta 100 millas (de 80 a 160 kilómetros) para tratar de encontrarla".

El 17 de febrero, después de la muerte de dos bebés, el fabricante Abbott anunció el "retiro voluntario" de las leches en polvo de su fábrica de Michigan, incluida Similac, utilizada por millones de familias estadounidenses.

Una investigación oficial determinó que el producto no tenía que ver con la muerte de los bebés, pero su producción aún no se ha reanudado, empeorando una escasez debida esencialmente a problemas en la cadena de suministros y la falta de mano de obra.

Consternación de padres.

"Apenas nació mi bebé, noté que había un problema y la semana que viene cumplirá siete meses", cuenta a la AFP Sara Khan.

Esta madre describe su carrera de obstáculos para encontrar unas cajas de leche en polvo, su angustia ante los anaqueles vacíos de las farmacias CVS y Walgreens o los supermercados Target, ya sea en Washington o sus alrededores.

Hasta ahora ha dependido de amigos y familiares, quienes le ha estado enviando cajas de leche cada vez que encontraban una, desde Boston, Nueva York o Baltimore.

"Es absurdo", continúa, recordando que llegó a importar leche de Alemania.

"Es muy frustrante porque no es como si el problema hubiera surgido de la noche a la mañana", dice indignada Olivia Espinosa.

En San Diego, California, Espinosa y Steve Hohman son padres de dos niños, incluida Maya, de tres semanas, que es intolerante a la lactosa.

"Tuvimos pocas opciones más que recurrir a la leche de origen vegetal", dice.

Habitualmente, los hospitales y los pediatras entregan a los padres varias muestras de leche en polvo para poder determinar cuál es la mejor para el bebé. Pero pocos todavía tienen muestras en stock.

El papá de la pequeña Maya enfatiza lo desesperante que es que su hija no pueda probar otras leches que probablemente serían más nutritivas.

Esta carencia "es sumamente frustrante, sobre todo cuando tienes un bebé que tiene necesidades muy específicas", continúa su esposa, quien dice tener dificultades para amamantar y producir suficiente leche.