El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que las economías de Centroamérica sufrirán una ralentización por una moderación en el comercio y las remesas desde Estados Unidos.

El panorama económico de Estados Unidos, la primera potencia mundial, es sombrío luego que el FMI rebajara esta semana su proyección de crecimiento de un 2.3 % a un 1.6 % para este 2022 y a 1 % para 2023.

El menor desempeño le pesará también al resto de la región, sobre todo porque es su principal socio comercial y de dónde procede la mayor parte (el 93 % en el caso salvadoreño) de las remesas familiares.

Las economías caribeñas correrán mejor suerte porque dependen del turismo, un renglón que continuará recuperándose el próximo año aunque a pasos más lentos.

Financiamiento más caro.

En su actualización de perspectivas para América Latina y el Caribe, el organismo financiero señaló que la región se enfrenta a un tercer shock (golpe) derivado de las restricciones en las condiciones financieras mundiales que se traducen en menor disponibilidad y encarecimiento del dinero.

“Estos factores llevarán a una desaceleración de la actividad, ya que los costos de financiamiento más elevados serán un lastre para el crédito interno, el consumo privado y la inversión”, escribieron en el blog del FMI los economista Santiago Acosta-Ormaechea, Gustavo Adler, Ilan Goldfajn, Anna Ivanova.

Presionada por la alta inflación, la Reserva Federal ha elevado las tasas de interés, una medida replicada en los bancos centrales de grandes economías. Sin embargo, el FMI alerta que hay incertidumbre si realmente se podrán frenar los precios de manera ordenada -el denominado “aterrizaje suave”- o, por el contrario, aumente la volatilidad y aversión al riesgo de los inversionistas.