La FAO propuso al Gobierno de El Salvador crear un modelo de subvenciones basado en remesas familiares para aumentar la inversión en agronegocios.

Implementado en la República de Tayikistán y con resultados positivos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) propone replicar el modelo en la economía salvadoreña, altamente dependiente de las remesas que representaron el 26 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2021.

El modelo consiste en que, por cada dólar que ingrese en remesas, el Estado destine otro en subvenciones para inversiones potenciales en negocios rurales. La FAO aportará con transferencia de conocimiento y formación técnica en finanzas, producción y acceso a mercados para garantizar el éxito de los emprendimientos.

La agencia de Naciones Unidas aseguró que la prueba piloto en Tayikistán, ubicado en Asia, permitió inversiones agrícolas por hogar que oscilaron entre $4,400 y $9,800 con rendimientos entre 55 % y 118 %.

Reducir dependencia a importaciones.

La FAO aseguró que, según un estudio, este modelo podría replicarse en la zona norte por ser el territorio que más recibe remesas per cápita.

El Banco Central de Reserva (BCR) reporta que el departamento de Chalatenango tiene el promedio de remesas más alto de hasta $405.4 en agosto pasado, una cifra que supera al dato nacional de $314 e incluso al salario mínimo de $365.

Solo de enero a agosto de 2022, a la economía salvadoreña ingresaron $5,065.6 millones en remesas, pero el BCR estima que el 99 % de estos recursos se destina para consumo y solo 1 % para inversión.

“Además, los elevados niveles de importación de alimentos hacen pensar que El Salvador tiene un gran potencial de mercado en el sector agroalimentario y puede producir con innovación y alta productividad, generando altas tasas de retorno”, señaló.