El déficit fiscal se redujo un 88.1 % en el primer semestre del 2022, una baja que para los economistas se explica más por el aumento de ingresos tributarios y un “ajuste obligado” por el gasto sobre la inversión pública.

Con datos del Ministerio de Hacienda, el Banco Central de Reserva (BCR) reporta que el déficit fiscal del sector público no financiero (SPNF) cerró en $69.2 millones en el primer semestre del 2022, una brecha que se origina cuando los ingresos del Gobierno son inferiores a sus gastos.

Muy similar a si una familia salvadoreña tiene obligaciones (como alquiler, carro, deuda) que superan lo que recibe a través de un salario, entonces lo que puede hacer es pedir prestado para cubrir esa brecha o reducir sus gastos para equilibrar sus finanzas.

Esta brecha para el Gobierno fue 88.1 % inferior a junio pasado si se compara con los $515.57 millones registrados en el mismo período del 2021.

¿Por qué bajó?

Ricardo Castaneda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), explicó que esta reducción se explica por el aumento en ingresos tributarios en el primer semestre, junto a un “ajuste obligado” en los gastos al agotarse las fuentes de financiamiento en el mercado de bonos.

Los ingresos y donaciones llegaron a $4,249.2 millones a junio pasado, equivalente a $632.1 millones adicionales (un 17.4 %) si se compara con los resultados del mismo período de 2021.

Sin embargo, solo los ingresos tributarios netos -la principal fuente de financiamiento del Gobierno- aportaron $3,609.49 millones y significaron un aumento interanual de $555.7 millones (un 18.19 %).

“Es un factor que te ayuda bastante porque permite que tenga una fuente de ingreso adicional”, señaló Castaneda.

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Otra variable que se suma es que “hay una contención del gasto público, básicamente lo que se está observando, y es la hipótesis que nosotros tenemos, es un ajuste fiscal un poco forzado” debido a que el Gobierno no tiene fuentes de financiamiento externo.

De esa manera, los gastos y concesión neta de préstamos alcanzaron los $4,163.38 millones en el primer semestre, que según el BCR significó un aumento interanual de $163.01 millones contra 2021.

En este segmento se incluye el gasto corriente, de consumo, el pago de intereses de la deuda, transferencias corrientes y de capital, así como la inversión pública que es clave para la dinámica económica.

Cae inversión.

A junio, la inversión bruta cayó $74.89 millones y cerró en $289.15 millones, lo que significó una baja interanual del 20.5 % frente a los $364.04 millones registrados en el primer semestre del 2021.

“Creemos que la inversión pública va a ser la principal variable de ajuste de este año (...) creemos que la ejecución va andar por debajo del 50 %”, agregó Castaneda.

En tanto, el consumo público aumentó $97.8 millones al llegar a $2,301.5 millones a junio pasado y el pago de intereses por deuda significó la salida de $737.9 millones con un incremento de $70.9 millones contra el año pasado.

El economista del Icefi destacó que “viene el semestre más complicado” para las finanzas públicas porque en la primera parte del año hay más ingresos tributarios con la declaración de renta, mientras que hay una previsión de desaceleración económica para el 2022.

El dato

Una investigación del economista William Pleites reveló que solo en 44 de los últimos 140 años de El Salvador hubo superávit (más ingresos que gasto), en el resto hubo déficit.

3 datos que debes conocer


1.- Intereses
El 20 % de los ingresos en el primer semestre se destinó para intereses, en hasta $737.9 millones, cifra que aumentó 10.6 % frente a 2021.

2.- Inversión
El BCR reporta que la inversión bruta llegó a $289.15 millones en el primer semestre, uno $74.8 millones menos que lo registrado el año pasado.

3.- Ingresos
Si bien superan los ingresos previstos, el Icefi advierte que la dinámica podría mermarse por la previsión de una desaceleración económica.