La inflación, que se volvió la principal preocupación de los salvadoreños por el encarecimiento del costo de la vida, frenará sus incrementos para el próximo año a 2.7 %, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El aumento del pan, las pupusas, la gasolina, todo lo que necesita para sus actividades diarias se debe a la inflación, indicador que hasta 2020 tenía poca relevancia en la economía salvadoreña porque se encontraba estable pero que a partir del 2021 comenzó a subir exacerbadamente por la crisis de los contenedores.

Cuando se esperaba que se relajara, en febrero de 2022, estalló la invasión rusa a Ucrania que ocasionó un nuevo repunte en el precio del crudo y los cereales; con ello la inflación siguió escalando hasta su máximo de las últimas tres décadas.

En la actualización del informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, en inglés), el FMI señaló que la inflación en El Salvador cerrará este 2022 en 7.29 %, su resultado más alto desde 1996, período de la posguerra, cuando cerró en 9.7 %.

La inflación de este año supera por décimas a la registrada en la crisis financiera de 2008, en ese año se colocó en 7.25 %. En los siguientes ejercicios se mantuvo por debajo del 2 % e incluso hubo períodos de deflación (inflación negativa).

Según la proyección del FMI, la inflación contendrá sus abruptos incrementos y se colocará en 2.71 % en 2023 y para 2024 se espera que llegue a 1.42 %.

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¿Significa que bajarán los precios?

No. Los precios seguirán creciendo pero lo harán de una manera más mesurada frente a las variaciones observadas este año, explicó Ricardo Castaneda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).

Por ejemplo, si usted compraba una botella de leche líquida a $1 en 2021, con el efecto de la inflación de este año podría subir a $1.10. Ahora, para 2023 lo que se espera es que siga subiendo, pero lo puede hacer en $0.03.

“Lo que se estaría observando es que, efectivamente, la inflación sería más baja que este año, pero si vemos como lo acumulado, implicaría que es alta. Allí el tema es que, si tus ingresos no se ajustan a ese ritmo inflacionario, el poder adquisitivo va a seguir cayendo; por lo tanto, el tema de pobreza y hambre se van a seguir incrementando”, explicó.

El economista destacó que la inflación “no es pareja”, porque el sector de alimentos y bebidas alcohólicas ha registrado los mayores incrementos, mientras que otros rubros –como prendas de vestir o comunicaciones– han experimentado ciertas bajas en los últimos meses.

El Banco Central de Reserva (BCR) registra que la inflación anual en septiembre fue de 7.49 % pero en la inflación solo en el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 13.54 % y viene acumulando alzas desde junio de 2021.

“¿Qué significa? Que los alimentos van a seguir siendo caros el próximo año”, matizó el economista.

De esa manera, los salvadoreños tuvieron que comprar la canasta básica alimentaria (CBA) urbana más cara en agosto pasado, cuando cerró en $238.95, su máximo de las últimas dos décadas. Aumentó apenas $0.24 frente a julio pero es $34.2 más cara que hace un año.