El sector de cereales no solo se enfrenta a los altos costos en los insumos agrícolas, sino también a un desabastecimiento en los fertilizantes que amenazan con disminuir la producción para el ciclo 2022-2023, advirtió ayer la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), que no descarta una caída más profunda si las condiciones climáticas son adversas.

El sector de cereales se prepara para sembrar con la llegada del invierno, previsto para la segunda quincena de mayo. Si bien los agricultores esperan mantener la inversión por más de $659.1 millones, las zonas de cultivo se reducirán debido a que el costo de producción se ha duplicado sobre todo por las alzas en los fertilizantes.

“Los 420,000 agricultores van a seguir produciendo, pero menor cantidad. Nadie puede dejar de producir porque al final se va a morir de hambre. Hay una disminución de 120,000 manzanas cultivadas”, señaló Luis Treminio, presidente de Campo.

Mucho antes del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el costo de los insumos agrícolas se había encarecido, pero con el conflicto tomaron un nuevo empuje debido a que Rusia es proveedor mundial de los fertilizantes, el segundo de El Salvador después de China.

“Además de estar más caro (el fertilizante), está escaso” en los agroservicios, señaló Treminio. “Para disminuir costos muchos productores están buscando la gallinaza” para sustituir el abono, agregó Ramiro Ortiz, del Foro Agropecuario.

Prevén menor producción.

Campo prevé que el ciclo 2022-2023 deje una producción de 20.26 millones de quintales entre maíz, frijol, sorgo y arroz.

Esta previsión es 29.5 % inferior a los resultados obtenidos en la pasada siembra que dejó 28.64 millones de quintales, es decir, que los agricultores dejarían de cultivar unos 8.4 millones de quintales, detalló Treminio.

DEM
DEM



La estimación de la gremial es una producción de maíz de 15 millones de quintales, unos 6.8 millones menos que los obtenidos el año pasado, mientras que de sorgo y frijol se esperan 2.25 millones, respectivamente, cuando en el ciclo anterior se sacaron tres millones por cada tipo de cereal.

La producción de arroz sería de 760,000 quintales, unos 47,500 menos que los obtenidos el año pasado.

La gremial asegura que esta baja es debido al alto costo, por lo que reiteró su petición a la Asamblea Legislativa de suspender de manera temporal el cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los pequeños productores en la compra de insumos.

“Al final de cuentas no miramos una posición de parte del Gobierno de querer apoyar al pequeño productor”, dijo Treminio al recordar que han hecho dos veces esta petición a la Asamblea Legislativa.

Temor al fenómeno La Niña.

Los productores agrícolas también están atentos a las condiciones climáticas, una de las principales amenazas del rubro ya que en varios años han tenido pérdidas millonarias ya sea por sequías o exceso de lluvia.

Campo recomienda a los productores de la zona central y occidental no sembrar hasta el 6 de junio debido a la influencia del fenómeno climatológico de La Niña, responsable de las lluvias durante los primeros meses del año.

Además, el sector no descarta una sequía para finales de junio y agosto. Por lo cual, instan a los productores de oriente a esperar y comenzar a cultivar en la primera quincena de agosto.

Las simulaciones del Foro de Aplicación de los Pronósticos Climáticos a la Seguridad Alimentaria y Nutricional advierten que durante el invierno se podría presentar lluvias por debajo de lo normal en la mayor parte del departamento de Usulután, la franja costera en La Libertad, La Paz y San Vicente, así como al oeste de San Miguel y La Unión.

El dato

Campo ejemplificó que producir un quintal de maíz en el ciclo pasado tenía un costo promedio de $16.29, pero lo vendieron a $15. En tanto, se estima que para este 2022 podría llegar a $25.61, unos $9.32 adicionales.