En la inauguración estuvieron presentes: Juan Arce, presidente Asporc; Víctor Lagos, viceministro de Coope-ración para el Desarrollo; Miguel Kattán, secretario de Comercio e Inversiones; el embajador de Estados Uni-dos, Ronald Johnson; el ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Pablo Anliker y Rachel Nelson, consejera agrícola regional de USDA Guatemala. / Diego García


El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) invirtió $2.3 millones en el proyecto de equipamiento del rastro porcino para el mejoramiento del manejo de inocuidad y calidad de la carne de cerdo, en San Juan Opico, La Libertad.

La inauguración del rastro se realizó el miércoles pasado y lo presidieron el ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Pablo Anliker; el embajador de Estados Unidos en El Salvador, Ronald Douglas Johnson; el presidente de la Asociación Salvadoreña de Porcicultores (Asporc), Juan Arce; y demás autoridades del Gobierno salvadoreño y estadounidense.

El rastro porcino tuvo un financiamiento de $2.3 millones por parte de USDA, aseguró el ejecutivo de Asporc, y la asociación de porcicultores fue la encargada de comprar los terrenos y la maquinaria gris de la planta de tratamiento.

Arce explicó que “los montos que fueron destinados por USDA se utilizaron en la compra de equipos como cuartos fríos y maquinaria que se utilizará para el proceso de destazado del cerdo”.

Con este proyecto, agregó el empresario, “al sector porcicultor se le abré un abanico de oportunidades de crecimiento de manera natural”.

“Dejamos de ser porcicultores y productores, y entramos en el tema industrial. Es un fundamento que viene a darle un valor agregado al sector de la porcicultura”, agregó el representante de la gremial.

El rastro porcino de Opico inició su construcción en 2017 y fue inaugurado el miércoles pasado con una inversión de $2.3 millones. / Diego García


El embajador de los Estados Unidos indicó que esto “permitirá comprar productos de alta calidad para la exportación de la carne y la comercialización a nivel nacional e internacional”.

El funcionario explicó que la intención del Gobierno estadounidense es mejorar la calidad de vida de los salvadoreños. “Estamos aquí no para el beneficio a corto plazo, sino para apoyar iniciativas que fomenten iniciativas a largo plazo”, sumó.

Federico Fernández, vicepresidente de Incarsa, indicó que su empresa será la encargada de procesar y vender la carne por medio del rastro porcino.

“Buscamos no solo levantar el estándar nacional de la calidad de la carne, sino que nos permita acceder al mercado regional y tener comercios con Estados Unidos”, explicó Fernández.

La planta tendrá una capacidad de correr a una velocidad hasta de 95 cerdos por hora. “En las pruebas de arranque y sacrificio hemos llegado hasta 50 cerdos por hora, ya es un buen comienzo”, aseguró.

Anualmente, el sector produce 20,000 libras de carne de cerdo y comercializa el producto a nivel nacional, en supermercados y mercados municipales; ahora espera se duplique la producción.

Con la puesta en funcionamiento del rastro porcino de San Juan Opico se prevé la creación de 150 empleos directos y más de 1,000 indirectos para porcicultores y habitantes de la zona.

 

La planta de sacrificio y procesamiento de carne porcina tendrá una capacidad de correr a una velocidad hasta de 95 cerdos por hora. / Diego García