Tras la cruenta asonada de las turbas trumpistas la semana pasada en Washington, las consecuencias de semejante atentado contra la democracia empiezan a tomar forma. Muy probablemente el propio presidente Donald Trump tendrá que enfrentar un juicio político tras haber incitado a las bandas supremacistas que asaltaron el Capitolio para intentar sabotear la proclamación de Joe Biden como próximo presidente estadounidense.

Pero aunque esa situación haya que analizarla con sumo cuidado, es más importante centrarse en la nueva administración Biden para estudiar los cambios que pueden traer hacia El Salvador y el resto de Centroamérica. Biden será un presidente con amplio conocimiento de la región centroamericana y su equipo es un amplio conocedor de la realidad salvadoreña y regional.

A diferencia de Trump, el equipo que atenderá la región desde el Departamento de Estado será muy especializado y tiene las prioridades bien demarcadas: los embajadores estadounidenses bajo Biden, en especial en Centroamérica, van a abogar en contra de la corrupción, a favor de los derechos humanos y trabajando mano a mano con la sociedad civil.

El presidente Biden ha anunciado un plan de 4,000 millones de dólares para mejorar la seguridad y promover la economía para que la gente no quiera abandonar nuestros países. Además, está claro que su énfasis en la defensa de la democracia será mucho mayor que para Trump quien tenía como única meta detener el flujo de la migración ilegal.

Es un año de cambios trascendentales en Estados Unidos que seguramente impactarán con fuerza en El Salvador y eso es algo que tanto el gobierno como la sociedad salvadoreña deben tener muy en cuenta en esta relación bilateral que es la más importante que tenemos como nación.