Personal protegido con careta, mascarillas y guantes atiende en el restaurantes de La Hola Beto’s, donde los usuarios pueden ver el menú al escanear un código QR. / Diego García


Se toma la temperatura, se sumerge la suela del zapato en un recipiente para desinfectar y luego se aplica alcohol gel o se lavan las manos, este es el protocolo que usted debe seguir para ingresar a los restaurantes que desde marzo se mantuvieron paralizados.

Tras casi seis meses de suspender servicios en mesa, el sector regresa con timidez y con la implementación de los protocolos sanitarios y tecnología para reducir el contacto físico al mínimo.

Pero Leo Guzmán, presidente de la Asociación de Restaurantes de El Salvador (ARES), tiene claro el panorama y consideró que el principal reto del rubro es ganarse la confianza de los consumidores. “La gente no está haciendo cola para entrar, además no hay dinero”, indicó.

Advirtió que la recuperación del rubro podría tomar hasta dos años. Hasta ahora, del universo de empresas que operaban antes de la pandemia, un 30 % ya cerró operaciones totales, porcentaje que equivale a unas 300 unidades económicas, y otro 30 % aún analiza su situación económica para volver.

“El 40 % de nuestros empleos se perdió porque cerró el 30 % de los restaurantes, desocuparon los locales (…) Hay otro 30 % que está cerrado y abrirá posiblemente más adelante, pero cerraron temporalmente porque ya no pudieron con la planilla o con los alquileres”, indicó.

El líder de la gremial reconoció que el 40 % de las empresas establecidas antes de la pandemia ya retomó sus operaciones de manera gradual y a la mitad de aforo porque “no es solo abrir la puerta sino que hay que prepararse y algunos restauranteros tienen temor también, creo que en 15 días vamos ir viendo cómo” se reactiva el rubro.

El retorno del sector se realiza bajo un cóctel de medidas sanitarias que se elaboraron con el apoyo del sector empresarial de la industria y el Ministerio de Turismo (Mitur). Sin embargo, en este regreso se pone a prueba el ingenio de los negocios para tratar de sobrevivir la crisis económica más profunda de la historia reciente de El Salvador, tal cual algunos negocios incorporan en sus menús la venta de mascarillas y otros dicen adiós al papel.

Un ejemplo es el restaurante de La Hola Beto’s, que deja una tarjeta sobre la mesa para que los usuarios escaneen el código QR y en el celular les aparece el menú de los platillos y bebidas que ofrecen. Así reduce al mínimo el contacto físico entre los consumidores y el equipo de atención.

En tanto, la ministra de Turismo, Morena Valdez, anunció que preparan un programa de certificación de “covid free” para negocios de la industria que comenzará con un piloto en septiembre próximo con 70 empresas. “Esto se estará validando con la Organización Mundial del Turismo porque lo que se pretende es que El Salvador se vuelva un destino seguro ante el covid-19”, sumó.

 

El bar y café Photocafe abrió sus puertas tras el cierre preventivo desde marzo pasado. Se ha readecuado sus espacios para lograr distanciamiento social requerido. / Ó.M.