Los abogados eligieron el domingo a sus 15 candidatos a magistrados de la Corte Suprema de Justicia y en la lista figura una variopinta representación de juristas. Los hay desde abogados comprometidos con el Estado de Derecho, con trayectorias impolutas y vocación de servicio, hasta personas con claros compromisos personales con personajes de la vida política o con partidos políticos.

La próxima Asamblea Legislativa deberá elegir a cinco magistrados de la Corte Suprema por un periodo de nueve años. El proceso inicia desde la elección de 15 candidatos elegidos por los abogados, para luego sumarse otros 15 aspirantes escogidos por el Consejo Nacional de la Judicatura.

Lo importante es que se elija a magistrados capaces, comprometidos con el balance de poderes, el Estado de Derecho y la justicia como fin máximo de la democracia y la paz. Bien decía el papa Juan Pablo II que sin justicia no hay paz, de ahí la importancia de que lleguen al máximo tribunal del país gente convencida de su papel al servicio del país y de sus valores máximos, independientes de cualquier corriente partidaria o dirigente político.

La tentación de controlar la justicia siempre estará presente. La hemos visto en el pasado reciente cuando en los gobiernos del FMLN se buscó amarrar a la Sala de lo Constitucional con aquel fatídico 743 o se intentó destituir magistrados. La sociedad salvadoreña no aceptó aquellas maniobras porque valoraba la independencia de la justicia, un principio que debe seguir prevaleciendo en un El Salvador bajo un régimen democrático y Estado de Derecho.