Mucho se ha dicho de las irregularidades que ocurren en numerosas alcaldías del país, sin que haya una supervisión o control real sobre los fondos públicos que se manejan arbitrariamente y son la fuente de innumerables anomalías.

El caso de Apopa es un buen ejemplo. Son 22 personas acusadas de un esquema de corrupción que, según las acusaciones de la Fiscalía, llega al medio millón de dólares.

En este caso están involucrados el exalcalde José Elías Hernández, su círculo familiar y una cadena de testaferros que presuntamente proporcionaban servicios y productos a la comuna como materiales de construcción, uniformes deportivos, piñatas, juguetes, etc.

Las operaciones fraudulentas llevaron a la apropiación de fondos municipales provenientes del presupuesto de la alcaldía, del Fondo de Inversión, Social (Fodes) y del Programa de Apoyo Temporal al Ingreso (Pati).

La tragedia es que en muchas alcaldías ocurren hechos similares, mientras la Asamblea sigue dándoles más Fodes que no tienen mayor control por las deficiencias gravísimas de la Corte de Cuentas. El caso de Apopa es emblemático, pero lamentablemente no es el único.