Los partidos políticos han vaciado históricamente sus militancias en las instituciones del Estado, el clientelismo político ha sido una práctica constante en el país. Ahora un estudio demuestra que no es solo quedar bien con sus correligionarios, sino que inventaron una floreciente fuente de ingresos a través del cobro de cuotas “voluntarias” para financiar a esos mismos partidos.

Así, en el periodo 2014-2018, los empleados públicos han regalado mayor cantidad de dinero que los diputados a los partidos políticos. Juntos, las plazas que ocupan todos los funcionarios públicos dieron más de $6 millones para el sistema de partidos del país.

El problema, de acuerdo a Acción Ciudadana, autores del estudio, es que los partidos políticos ocupen el Estado para contratar únicamente a militantes, sin que necesariamente tengan los méritos, y obtener fondos a través de ellos.

Durante años, hemos criticado cómo se ha incrementado la planilla legislativa. Ahora podemos encontrar una de las causas: solo los empleados públicos contratados en el parlamento han aportado $2.54 millones a los partidos políticos. Pero, también, hay empleados del Ejecutivo y alcaldías en la misma situación. El clientelismo de doble vía: te consigo empleo, pero me das parte de tu sueldo. Terrible.