Las cifras macroeconómicas fueron alarmantes al iniciar la presente semana. La caída de los precios del petróleo y de los mercados bursátiles de todo el mundo nos muestran el fuerte impacto que tiene la epidemia del coronavirus sobre la economía mundial.

Si el coronavirus está golpeando seriamente economías robustas como la de China, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur o las principales naciones europeas, el impacto sobre pequeñas naciones más vulnerables como El Salvador puede ser aún peor. En El Salvador dependemos fuertemente del mercado estadounidense y se suele decir que cuando Estados Unidos estornuda, a nosotros nos da neumonía. Las empresas textiles ya hablan de consecuencias en el abastecimiento de tela e hilo desde China, la industria ha manifestado preocupación por la materia prima que llega desde ese país asiático y luego el turismo -al que tanto se le ha apostado en los últimos años- empieza a dar visos de crisis precisamente porque en tiempos de epidemia, muy pocos piensan en viajar y eso afecta a aerolíneas, hoteles, restaurantes y medios de transporte que generan empleos y tienen que hacer recortes en tiempos de crisis. Encima, El Salvador es altamente dependiente en la importación de alimentos desde los países vecinos, de manera que cualquier brote importante que provoque cuarentenas en la región, puede afectarnos sensiblemente en nuestro abastecimiento. Son temas que hay que prever y preocuparse en tiempos de coronavirus.