El debate que se celebra en la Asamblea Legislativa, su calidad se enriquece por las visiones discrepantes en temas de carácter nacional. La esencia del debate, no es dialogar o compartir ideas; por el contrario, es una verdadera confrontación ideológica de posturas dispares y contradictorias. Es así como el debate parlamentario se construye en un ejercicio dialéctico sobre afirmaciones y negaciones.


Es atribución de la Asamblea Legislativa, impulsar la riqueza de los argumentos sustentados en criterios políticos y jurídicos, fundamentado en el principio de la mayoría, a la vez que está estructurado la libertad de que goza el legislador para externar su posición.


En el ejercicio del poder legislativo el tema para garantizar el voto de los salvadoreños en el exterior generó debate entre los diputados Jorge Castro y Portillo Cuadra, con relación a reconocer el derecho de que se postulen a cargos de elección popular y a la vez emitir el voto en el exterior de los salvadoreños que radican en el exterior. El diputado Jorge Castro criticó fuertemente al diputado Portillo Cuadra, porque en el momento de su intervención sobre el tema se levantó de su curul y se retiró del recinto legislativo y tal como lo expresó el diputado Jorge Castro, lo señaló de no tener fortaleza emocional para escuchar sus argumentos en relación al tema.


El diputado Portillo Cuadra es un abogado con sólida formación académica y experiencia legislativa, que conoce la dinámica legislativa, pero en esta ocasión fue superado por la intervención del diputado Jorge Castro, quien a su vez cuenta con una trayectoria de formación en políticas públicas adquiridas por haber laborado en distintas instituciones del Estado, quien con mejor criterio político respondió al diputado Portillo Cuadra.


El pueblo salvadoreño debe sentirse orgulloso de contar con una Asamblea Legislativa integrada por diputados que exponen argumentos sólidos, sustentados en criterios políticos y jurídicos pero con visión de nación, buscando siempre el interés nacional, es indiscutible que el país atraviesa un momento complejo; pero el sistema político salvadoreño cuenta con las reglas no escritas para buscar acuerdos y entendimientos para transformar los conflictos. Los incidentes incluso los altercados que se susciten entre los diputados en el fragor del quehacer legislativo son de la esencia del ejercicio del poder legislativo y que en el caso del voto en el exterior el diputado Jorge Castro mantuvo la consistencia de su mensaje instalando en forma concreta los beneficios a favor de los salvadoreños en el exterior.


Hay que tomar en cuenta que la intervención en el pleno legislativo englobe y fundamente la realidad social de sus connacionales. No es legítimo, ni posible que los representantes del pueblo pretendan excluir a los salvadoreños de sus derechos políticos, tampoco es aceptable que los diputados se desconecten de los diferentes enfoques con lo que se puede abordar la realidad social, sin conservar los nexos necesarios con sus connacionales.


Hay que tomar en cuenta que la contradicción es la esencia de la realidad política y que toda realidad en sí misma es contradictoria, pero en este caso la realidad política ha cambiado en El Salvador, se ha abierto un proceso político nuevo, en el cual las estructuras del Estado están experimentando un cambio que va aparejado también con un cambio de generación de políticos, con un pensamiento político diferente, pretendiendo hacer las cosas de una manera diferente, lo cual observamos que se está implementando una manera diferente de hacer política.


Exhorto a todos los diputados que el debate legislativo incida en el control de la agenda pública y facilita la hegemonía de la comunicación; al ser así, el debate se rige como un instrumento de contienda política y es un determinante de poder, el cual requiere a su vez argucia comunicacional y temple de acero para poder diluir o procesar la contraofensiva del opositor, manejando de manera inteligente el debate, sabiendo exponer sus ideas acompañado de un razonamiento lógico político, sin descuidar el valor de la expresión de las emociones. Todo legislador debe de proveer ideas que expliquen la realidad nacional en todos sus ámbitos con pensamiento crítico, tejiendo acuerdos y consensos de acción, lo que implica “Que la política es el arte de lo posible de lograr”.