Unos y otros tienen razón en sus exigencias y apremios. Las formas de plantearlos y de materializarlos son importantes en política y pueden traer acercamientos o provocar crisis constitucionales si las diferencias no se resuelven a tiempo.
La responsabilidad de administrar fondos públicos, ya sea mediante la aprobación de préstamos y presupuestos, o de invertirlos coherentemente, requiere de la colaboración entre todos los órganos del Estado, de manera que los beneficios lleguen a la población a tiempo y en la cuantía esperada.
Mayor transparencia en los planes de seguridad puede garantizar la aprobación de su financiamiento, privaría de excusas a quienes se oponen a estos por no conocerlos y podría afinar sus prioridades y objetivos gracias al sano debate.
Construir puentes para garantizar este proceso será la tarea de los próximos días.