Ayer se celebró el Día de la Amistad entre Estados Unidos y El Salvador, una fecha que conmemora el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones el 15 de junio de 1863 y que además evoca una relación estrecha y profunda entre ambos pueblos. Una relación que trasciende tiempos, gobiernos, partidos.

Y aunque no hubo acto formal sobre ese día, hay que recordar que los salvadoreño-estadounidenses se cuentan por docenas de miles y el impacto de esa profunda amistad se siente en cada comunidad salvadoreña donde se reciben las remesas. Varios de esos ciudadanos salvadoreño-estadounidenses hasta nos representan en la Selección Nacional de Fútbol y cantan con orgullo el himno nacional.

La influencia cultural, económica y social de Estados Unidos en El Salvador ha dejado una huella profunda al extremo que en algún momento hubo salvadoreños que quisieron que este país fuera parte de la Unión Americana. También la influencia salvadoreña en Estados Unidos es cada vez más notoria en la vida de las comunidades donde hay presencia de nuestros conciudadanos. Los salvadoreños son la principal minoría hispana en Washington, la capital estadounidense y la presencia salvadoreña en estados como California, Maryland, Virginia, Texas o Florida, es inmensa.

No se trata de negocios y gobiernos nada más o el mero acto formal de las relaciones diplomáticas, sino de dos naciones con vínculos estrechos. Estados Unidos también contribuye en diversas formas al desarrollo del país y lo ha hecho a lo largo de nuestra historia. También ha estado presente en graves situaciones de emergencia y catástrofes naturales.