El gobierno guatemalteco dio esta semana un paso positivo sobre los llamados plásticos de un solo uso -tales como bolsas plásticas, pajillas, platos, vasos desechables, mezcladores o agitadores- que contribuyen en gran medida a la contaminación ambiental de ciudades, ríos, lagos y océanos.

La prohibición -que entrará en vigencia en dos años - también incluye recipientes para almacenamiento y traslado de alimentos, elaborados con poliestireno expandido, conocido como durapax, en sus diferentes presentaciones.

Lamentablemente en El Salvador hay una propuesta similar, hecha por la diputada Maytée Iraheta, que ha sido engavetada por sus colegas en la Asamblea Legislativa, a pesar de la evidente necesidad de tomar medidas en este sentido.

Evidentemente, además de la regulación sobre uso de plásticos, es importante aplicar medidas para fomentar el reciclaje, la reutilización de plásticos, metales y desechos orgánicos, estimulando a quienes acojan esa práctica.

En El Salvador ya hay empresas y vecindarios que practican el reciclaje y hay que extenderlo. Separar la basura debe ser parte de la educación ambiental que debe empezar en casa. Solo un 7% del plástico se recicla, una cifra ínfima. Ojalá que en la Asamblea tomen conciencia de esto y retomen la iniciativa de la diputada Iraheta.