Estaba previsto. Asumo que cualquier político de aquellos que lograron consolidar, para luego perder, la democracia más espléndida que haya existido en Venezuela, aquella de esos 40 años de auge y caída, sabían que era inevitable que sucediera. No podía ser de otra forma, toda causa tiene un efecto, y en toda acción hay reacción. En esos hechos se conjugaron los dos axiomas.

Por supuesto nos referimos a los contundentes zarpazos contra las debilitadas, débiles en pureza, democracias de Colombia, Perú, Ecuador, Honduras, Guatemala. Para entender esto es necesario asumir como realidad que la reacción ha sido más fruto de acontecimientos inconexos, que a una estrategia puesta en marcha. Pareciera que se alinearon los astros, como dirían los astrólogos, o Lara Croft enfrentando a los “illuminati” para salvar el mundo.

Las detenciones, confiscaciones, deportaciones, congelaciones de cuentas, propiedades y cerco político-económico que Estados Unidos ha venido realizando contra el régimen de Nicolás Maduro ha hecho tambalear la tiranía. Se le ha dado donde más le duele, el dinero amasado sin trabajar y sin arriesgar, acumulado en inmuebles, acciones y capital en Estados Unidos, que se ha extendido a Canadá, Europa y algunos países suramericanos. Luego, la denuncia de reiteradas violaciones a los Derechos Humanos hecha por una de sus correligionarias más conspicua, Michele Bachelet, fue como demasiado para los tímidos, cuando no cómplices de segundo plano, de algunos países de America, decidir aplicarle el TIAR a Venezuela, en los tiempos y acciones estipuladas en el instrumento internacional.

Por supuesto, la crisis humanitaria, y la masiva inmigración incontrolable de venezolanos les movió a tomar alguna acción. Sobre todo que, en una estrategia bien planificada, la tiranía hizo lo suyo al enviarles, dentro de ella, a los peores y más despiadados delincuentes bajo el control de la Ministra de Penitenciaria, la esquizofrénica Iris Valera,

Los efectos los sintieron Cuba y Nicaragua de inmediato, sin petróleo venezolano, poco faltó para que se decidieran aceptar elecciones libres y supervisadas. Hasta que mal manejo de situaciones internas en Ecuador y Peru, abrió la posibilidad de revertir el fracaso para convertirlo en éxito, a lo menos ganar tiempo de negociación, reagrupación y contraataque. Y así, un Correa sin privación de libertad, fue el primero que actuó; breves viajes a Cuba y Venezuela bastaron para que explotaran descontentos, pillaje, vandalismo, marchas, sabotajes, y un nuevo “Caracazo”, convertido en “Quitazo”, ha puesto a las debilitadas democracias de América en situación comprometida, en un reagrupamiento de las fuerzas del mal, “el espíritu de Chávez”, afirmó el siniestro Cabello.

No fue por azar que Correa visitó Cuba y Venezuela días antes que se iniciaran las manifestaciones, ante un aumento del costo del combustible. Desmedidas y violentas manifestaciones que obligaron a Lenin Moreno evacuar la capital e instalarse con su gabinete en Guayaquil; ya de por sí, fue una derrota contundente, imposible de remediar. Derrota tan vergonzante que Correa, el sinvergüenza Correa, ya se ha ofrecido a ser candidato presidencial en una alianza electoral contra las fuerzas de Moreno.

¿Qué pasa, América, nuestra América? ¿Acaso estamos condenados al caudillismo, la corrupción, la inestabilidad y la injusticia? Al permanente buscar, entregar la identidad, libertad y razón al primer predicador de ilusiones que se presente; Perú no está lejos de retornar al desencanto, quizá una nueva dictadura se instale en el poder, esta vez a causa de un puñado de corruptos asentados en el Parlamento. Argentina este mes caerá en la arbitrariedad y delincuencia de los Fernández-Fernández, los sindicatos y las madres de la Plaza de Mayo. Y, en este sombrío panorama, pareciera que solo El Salvador lanza un reto a la modernidad, combinando la efectividad con el ímpetu de un sueño compartido. Todos deseamos que el Estado de Derecho, la libertad de prensa, el ímpetu económico compartido, la derrota de la delincuencia organizada y una educación como se merece, sea el inicio de la ruptura de esa maldición que parece perseguir al resto del continente.