El rastro de Earhart se perdió mientras realizaba un vuelo alrededor del mundo con el navegador Fred Noonan. AFP


Robert Ballard, el explorador de los mares que encontró el Titanic, tiene un nuevo objetivo: buscar el avión de la famosa aviadora Amelia Earhart, que desapareció en el Pacífico en 1937.

National Geographic indicó que Ballard planea salir de Samoa el 7 de agosto para llevar a cabo la búsqueda con su barco de última generación E/V Nautilus.

El medio de comunicación aseguró que tiene previsto filmar la expedición y emitir un documental sobre ella en su canal de televisión el 20 de octubre.

El rastro de Earhart se perdió mientras realizaba un vuelo alrededor del mundo con el navegador Fred Noonan. Su desaparición es uno de los mayores misterios en la historia de la aviación y ha fascinado a historiadores durante décadas y sido objeto de libros, películas y todo tipo de teorías.

La versión más extendida es que Earhart, de 39 años, y Noonan, de 44, se quedaron sin combustible y estrellaron su avión bimotor Lockheed Electra en el Pacífico, cerca de la remota isla Howland, en una de las últimas etapas de su viaje épico.

Una de las teorías más populares, sin embargo, cuenta que Earhart y Noonan se estrellaron en la desierta isla Gardner, conocida ahora como Nikumaroro, parte de la República de Kiribati, donde sobrevivió brevemente como náufraga.

Según National Geographic, Ballard, que también encontró los restos del buque de guerra alemán Bismarck, viajará entre Samoa y Nikumaroro.

Su equipo utilizará un sonar para cartografiar el fondo oceánico y desplegará vehículos de control remoto, incluido uno que puede alcanzar una profundidad de hasta 3.962 metros.

Earhart, que se hizo famosa en 1932 al convertirse en la primera mujer que cruzaba el Atlántico en avión en solitario, despegó el 20 de mayo de 1937 de Oakland, en California, con la esperanza de ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo en una aeronave.

Noonan y ella desaparecieron el 2 de julio de 1937 tras despegar de Lae, en Papúa Nueva Guinea, durante un vuelo de 4.000 kilómetros para repostar en la isla Howland, un territorio estadounidense equivalente a una manchita entre Australia y Hawái. Nunca llegaron a su destino.