El edificio Rubén Darío, en el centro capitalino, se hundió después del movimiento que duró 10 segundos. / COMANDOS


 

Faltando 10 minutos para las 12:00 del mediodía, el viernes 10 de octubre de 1986, San Salvador fue sacudido por un terremoto de 7.5 grados en la escala de Richter y 9 grados en la escala de Mercalli. Fueron 10 segundos los suficientes para causar la destrucción del edificio Rubén Darío y el hotel Gran San Salvador, en el centro de la capital.

terremoto 1986
EL MUNDO INFORMÓ. Esta fue la portada de la edición del 14 de octubre que informó sobre la tragedia.


“El terremoto se originó en el cerro de San Jacinto y se extendió en la falla tectónica, en 30 kilómetros, sumando a otras fallas principales, dirigidas hacia el volcán de San Salvador”, escribió el periodista de Diario El Mundo, Guillermo Mejía, en la edición del martes 14 de octubre de 1986.

Hasta ese día y según datos preliminares que dio el entonces Presidente de la República, Napoleón Duarte, la tragedia sumaba 890 muertos, 10,000 heridos, 150,000 damnificados y pérdidas por 10,000 millones de colones. Todo en pleno apogeo de la guerra civil.

Las autoridades habían registrado 873 réplicas entre los dos y los cuatro grados, en la escala de Richter, en los cuatro días posteriores a la tragedia.

Dario El Mundo, en ese tiempo vespertino, no circuló el día del terremoto, según la explicación que quedó plasmada en la portada, cuatro días después: “El edificio de El Mundo está cerca de uno de los edificios más altos hundidos: el que fue Gran Hotel San Salvador, y por eso mismo ha tenido problemas de impresión el periódico. Sin embargo, dentro de ese cuadro de dificultades, podemos ofrecer una edición de pocas páginas, para no quedarnos sin informar”, aclaró.

La edición de El Mundo informó que el Gobierno declaró Estado de calamidad pública y el Estado de sitio se prorrogó por 30 días más; aunado, los diputados de la Asamblea Legislativa donaron un día de su sueldo para contribuir al desastre, que dejó más de 2,000 muertos.

Edificio Darío: Símbolo de destrucción


Rolando Cortez, ahora director de Comandos de Salvamentos, fue uno de los primeros en prestar ayuda a quienes habían resultado lesionados o estaban atrapados en viviendas y edificios en San Salvador.
Cuando salimos a la calle vimos que muchas de las paredes de la casas se habían caído. No nos imaginábamos la magnitud del problema”. Rolando Cortez recordó años después.

Cortez relata que el primer edificio que atendieron fue El Comercial. “Creo que era de cinco a seis plantas. En el elevador había gente atrapada. Recuerdo que rescatamos a un joven que había quedado atrapado durante tres horas; cuando lo sacamos presentaba signos de convulsión”, señala.

Según Cortez, “la esperanza y el afán de trabajar, sobrepasó el mal tiempo”. “Nuestro personal no paró de trabajar. El primer día, a eso de las 6:30 de la tarde, los bomberos del departamento de Chiquimulilla, de Guatemala, llegaron a ayudarnos. Ellos tenían más experiencia para atender estos efectos de la naturaleza”, narra.

El terremoto de 1986 también dejó dañado por completo los edificios de El Cisne, frente a la ahora exembajada de Estados Unidos y el edificio del hospital de niños Benjamín Bloom.

Terremoto 1986
Los edificios del centro capitalino fueron, en su mayoría, los dañados por el movimiento de 7.5 grados./COMANDOS


 

Condenado a desastres


“Cúmplense observaciones del sismólogo Shulz sobre Valle de las Hamacas”, fue una de las notas que consignó la edición de El Mundo el 14 de octubre. La nota revela que en 1965, el entonces jefe del departamento de sismografía habría pronosticado una catástrofe para la capital salvadoreña.

“San Salvador no está asentada en el Valle de las Hamacas, sino sobre una enorme caverna en forma de campana, por la inconsistencia de las capas del subsuelo que provoca, cada vez que busca asentamiento, catastróficos movimientos de tierra”, habría dicho Schulz.

Después del terremoto del 3 de mayo de 1965, a Schulz reveló a algunos periodistas, en confianza: “San Salvador está condenado a sufrir, en períodos difíciles de predecir, sacudidas telúricas con magnitud catastróficas, que podrían llegar a algo todavía más dantesco: un hundimiento de la tierra”, habría dicho el experto,. Dichas declaraciones provocaron el despido del entonces funcionario, de origen suizo-alemán.

Terremoto 1986
Comandos de salvamentos fue uno de los primeros cuerpos de socorro en llegar en busca de heridos./ COMANDOS