Estamos frente a un panorama que promete ser intenso en el 2020, pues no sólo será el momento de consolidación de algunas tecnologías que tienen un par de años rondando.

Según una publicación original de Forbes México, cada año que pasa son más evidentes las edades de los usuarios que conforman la población de una red social. Con la democratización tecnológica, llegó también el paulatino cierre de la brecha digital entre personas de edades avanzadas. El envejecimiento de los usuarios de plataformas sociales ha hecho que los más jóvenes migren hacia otras opciones, haciendo más visible lo que los usuarios pueden hacer con las redes. Así, aunque Facebook es la red social con la mayor cantidad de usuarios, concentrará las interacciones de los mayores de 35 años, mientras que Instagram seguirá siendo la red favorita de los millenials; y por supuesto, Tik Tok encontrará un lugar entre los centennials occidentales, si la familia Facebook lo permite, claro.

El contenido efímero. La micronarrativa digital tiene ya un par de años en el mercado. Hablamos de esos vídeos de corta duración que cuentan una historia, que desaparecen en 24 horas y que se han convertido en el combustible de las redes sociales en la actualidad. La primera marca en utilizarlos fue Dunkin’ Donuts en el ahora lejano 2013, a través de la ya extinta Vine, sin embargo, con la adición de funciones, Instagram y WhatsApp se han convertido en las plataformas que generan el mayor número de microhistorias. Por ello, marcas e instituciones se acercarán con mucho más interés a estos formatos, creando contenido que a pesar de desaparecer un par de horas más tarde, generará mucha interacción con el público objetivo.

Intentos de regulación de contenidos. Se aproximan las elecciones en Estados Unidos y el Congreso de ese país tiene el ojo puesto en Facebook desde hace años. Casi nadie puede negar el papel que juegan las redes sociales en los procesos electorales, sin embargo, hasta el momento no se ha podido regular su accionar, puesto que existe una línea muy delgada entre libertad de expresión y los intentos por manipularla digitalmente. Combatir a las fake news requiere regular los algoritmos de distribución de contenidos, que es la base del negocio de las redes sociales y no, eso no va a pasar en el corto plazo.

Informalidad digital. La serie de impuestos a las plataformas digitales de compra venta y hospedaje que paulatinamente entrarán en vigor en el 2020, encarecerán los servicios y tasarán los ingresos de los usuarios. Por supuesto, el hecho hará que se busquen formas alternativas de seguir con el comercio entre particulares. Ello nos llevará a la aparición de un comercio digital informal entre particulares que crecerá en el sexenio.

Fin del “Me gusta”. Instagram anunció que poco a poco irá desapareciendo la cantidad de “Me gusta” de sus publicaciones. En un primer comunicado, anunciaron que se trataba de un esfuerzo por mantener sana la estabilidad emocional de sus usuarios. Asimismo, es muy probable que se trate de la cantidad de “influencers” que han logrado crear un modelo de negocio basado en la cantidad de interacciones que generaban (o inflaban artificialmente), y que ponía en entredicho la veracidad de los auténticos líderes de opinión digitales y de la plataforma en sí.

El revival de los podcast y programas en vivo. Cuando Internet se popularizó a finales de los 90´s y principios del nuevo siglo, uno de los productos que trajo consigo fueron los programas grabados y las transmisiones en vivo. Tal parece que el 2020 será el año de la radio a la carta, ya que el interés por los podcast va creciendo y es muy probable que los usuarios empecemos a seguir con regularidad algunas producciones.

La atención al cliente. Sin saberlo, cada vez más personas interactúan digitalmente con algún desarrollo de inteligencia artificial. Y la constante para el año siguiente, es que se automatice la atención a clientes a través de robots, no sólo porque se volverán más eficientes en cuestión de rapidez y disponibilidad, también porque serán mucho más rentables. La inteligencia artificial empieza a abrir muchas puertas, una de ellas, la interacción con personas.