El frasco es conocido como la “perfumera”, y fue encontrado por el arqueólogo estadounidense Stanley Boggs en un entierro en la pirámide principal de Tazumal en 1952.

Por muchos años no se supo cuál era el significado de los glifos mayas, pero hace unos cuatro años, el texto fue parcialmente traducido por los arqueólogos norteamericanos Marc Zender y Jeb Card.

 

Según Card: “La perfumera tiene escenas iconográficas de una relación de tributo y homenaje de un señor grande y uno menos grande, evidencia de relaciones entre Copán y El Salvador, entre los sistemas políticos de los mayas clásicos”. El frasco “fue hecho en Copán y fue dedicado al rey XII de Copán. Parece que fue un regalo del rey de Copán al señor de Tazumal, probablemente alrededor del siglo VII d. C”.

 

Los glifos dicen: “Esta vasija fue dedicada y es propiedad de K’ahk’ Uti’ Witz’ K’awiil, rey divino de Copán y señor del sur”. El arqueólogo agrega: “El frasco es el único texto jeroglífico de El Salvador que nombra un individuo reconocible o que fecha a un periodo, y el único que nombra a un ajaw (señor)”.

 

Esta revelación hace suponer que la conexión política entre Copán y el occidente del actual territorio salvadoreño era muy fuerte, y los regalos del rey de Copán al señor de Tazumal pudieron ser parte de una estrategia política expansionista del monarca, ya que existen monumentos dedicados a él en otros sitios arqueológicos de Mesoamérica.

 

Card indica que el frasco —de12.5 cm de alto, 6 cm de ancho y 4.9 cm de largo— “pudo haberse usado para guardar medicina o tabaco” y que ese tipo de recipientes eran utilizados comúnmente por sacerdotes.

 

La perfumera con glifos mayas que relaciona a Tazumal y a Copán se exhibe en la Sala de Migraciones del Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán.