Noviembre se acerca aceleradamente y con ese mes vienen las elecciones estadounidenses que auguran un posible cambio en el futuro de ese país que irremediablemente podría impactar en el mundo entero y por supuesto, en El Salvador.

Las encuestas muestran un camino difícil para la reelección del presidente Donald Trump. Sus torpezas políticas, sus polémicas declaraciones, su pésimo manejo de la pandemia, su inexperiencia en el manejo de las relaciones internacionales, su confrontación permanente, su superficialidad, la instrumentalización política de todo y su excesivo narcisismo parecen haber cansado muy rápido a los estadounidenses.

Si Trump pierde las elecciones de noviembre, los demócratas volverían al poder liderados por Joe Biden, quien fue el vicepresidente de Barack Obama y un conocedor de la realidad centroamericana. Sin duda, algunas prioridades cambiarían y como suele suceder en los gobiernos demócratas, temas como el de derechos humanos, combate a la corrupción y fortalecimiento de la democracia volverán a tener preponderancia para Estados Unidos, algo que Trump ha desdeñado en su periodo.

El Salvador debe estar preparado para ese giro en la política estadounidense porque sin duda traerá consecuencias y cambios en cómo nos ven desde Washington.