El análisis que presentó Fusades la semana pasada sobre el uso que le dan las alcaldías al Fodes es preocupante. Que los diputados se hayan encaprichado en aprobarlo, pese a ese análisis tan certero, es para preocuparse aún más.


Fusades señala que el 98.5 % de los 262 muni-cipios no cumple con la ley del Fodes, ya que en el año 2015 apenas cuatro municipios usaron el 75 % de los ingresos que según la ley se debe utilizar para inversión. Por el contrario, el análisis revela que hay alcaldías que usan el Fodes para gasto corriente como salarios y aguinaldos en porcentajes que van desde el 49 hasta el 83%. El colmo es que entre esas alcaldías figuren Metapán, San Salvador o Santa Tecla.


Muchas alcaldías parecen un barril sin fondo, pues mientras siguen recibiendo Fodes también siguen endeudándose exponencialmente, sin control alguno. Recordemos el caso argentino donde la deuda de las provincias provocó la crisis que aún viven.


La deuda de alcaldías ha crecido de $302.3 millones en 2011 a $528.4 millones en 2018. Fusades también advierte que la fórmula para distribuir el Fodes a las alcaldías está desactualizada. Actualmente los criterios son: 50 % se distribuye por población, 25 % en forma equitativa a los 262 municipios; 20 % a municipios pobres según el censo; y 5 % por tamaño de municipios.


Lo otro grave que señala Fusades es que no hay evaluación de los proyectos Fodes y que además el Fodes tiene “escasa o nula rendición de cuentas”.


Como lo ponía un tuitero: “Si a mi hijo le doy $10 de mesada para su almuerzo y se los va a gastar en cualquier babosada y en invitar a cheros; no le alcanza ni para la primera semana del mes; llega a almorzar a la casa; y lo repite mes a mes ¿será que necesita un AUMENTO de mesada o disciplina?. La analogía no podía ser más clara.