El presidente Nayib Bukele recibirá este sábado el mandato de un país con profundos problemas económicos y de seguridad. Para dimensionar esta realidad, el Fondo Monetario Internacional (FMI) urgía el viernes en recomendar a El Salvador que aplique un ajuste fiscal, debido a la tendencia creciente de su deuda pública.

Para recuperar la dramática situación económica, el nuevo mandatario deberá revertir el terrible clima de negocios que estableció el FMLN en la última década y tendrá que apostarle, decididamente, a la búsqueda de inversiones nacionales y extranjeras.Solo así podrá generar empleos, generar ingresos para el Estado y, sobre todo, mejorar el desarrollo y la prosperidad de los salvadoreños.

Es necesario combatir con firmeza la tramitología y la burocracia, acabar con ese muro en el que chocan todos los proyectos de inversión en ANDA o el Ministerio del Ambiente, donde hay procesos perdidos hasta por dos y tres años. Es urgente un cambio de mentalidad y actitud en esas instituciones.

Lo que ha sido Proesa también debe renovarse totalmente -en visión y personal- porque han sido un cascarón de resultados mediocres. Para ese clima de negocios positivo es también necesario mejorar la relación con la empresa privada y comprender que es un aliado esencial para el desarrollo del país.