Los habitantes de Santa Lucía que intentaron irse, pero tuvieron que quedarse, dicen que el pago de renta en la zona es elevado. / Diego García


La enorme cárcava que se formó en la residencial Santa Lucía, en Ilopango, obligó a muchos habitantes a dejar sus casas y buscar dónde alquilar en octubre pasado; sin embargo, otros, como María (nombre ficticio), decidieron quedarse en la zona para no exponer a sus hijos a la delincuencia.

Al salir de su casa, ubicada en la calle principal, polígono I, pasaje cuatro, ella comenta que ya no se escuchan retumbos ni se sienten las vibraciones, tras las obras que se están ejecutando en la zona.

Antes que disminuyera el riesgo por el foso, María tuvo la intención de irse de la residencial, pero afirma que no encontró “casa cerca”, pues debido a la situación de violencia en el país, no podía alquilar en cualquier zona.

“Yo no podía irme por motivo de mis hijos, no puedo irme a cualquier lugar, a otras zonas por la situación; entonces, al final, uno se quedó bajo el riesgo”, dice.

Asegura que hay “vecinos que se quedaron por lo mismo” y recalca que irse implicaba movilizarse a una casa cercana; es decir, donde “a uno lo conocen”; sin embargo, no halló una vivienda en los alrededores.

“No me puedo ir con tres muchachos, son jóvenes y uno por la situación pues mejor no se va”, sostiene.

A pesar que la residencial es asediada por la MS-13, hay familias que prefieren quedarse “porque ya los conocen”. / Diego García


María y su familia tienen 16 años de vivir en la Santa Lucía. Lo importante para ella era garantizar la seguridad e integridad de sus hijos, cuyas edades oscilan entre los 18 y 21 años.

Uno de los problemas que debían sortear quienes abandonaban sus casas, debido al riesgo que generaba la cárcava, era el alto costo del alquiler en la zona.

“Cuestan $300, aunque depende, también hay casas bien grandes que cuestan $400; he oído comentarios que bien elevados los alquileres”, señala.

La Comisión Nacional de Protección Civil ha destinado fondos para apoyar económicamente a las familias que tienen sus casas en el perímetro de seguridad de la cárcava. De hecho, el pasado martes por la tarde, el ministro de Gobernación, Mario Durán, realizó el tercer desembolso de $600 a familias que ya pagaron sus casas o tienen créditos con instituciones bancarias. María es una de las beneficiadas.

Ella afirma que el Gobierno solo les ha dicho que es “ayuda” y considera que no reembolsarán ese dinero. Un temor que muchos han manifestado antes a este matutino es, precisamente, que al terminar los 12 meses de ayuda financiera ese monto se sume al crédito que ya tienen con el Gobierno, es decir, con el Fondo Social para la Vivienda.

Pero aún con el apoyo que hoy tiene, María no se irá de la residencial porque tiene claro “que el riesgo de uno es al irse a otro lugar”.

 

¿Qué pasó en Santa Lucía?

En mayor de 2019, tras una combinación de lluvias y sismos, la cárcava de Santa Lucía que ya había empezado a amenazar, se agravó, pero fue hasta el azote del invierno, en octubre, que tres casas cedieron a la tierra blanca de la zona y cayeron al abismo.

El Ministerio de Obras Públicas explicó que la cárcava fue ocasionada por unas tuberías que nunca recibieron manteniemiento y que provocaron erosión en la zona.

Hasta principios del mes, Obras Públicas dijo que la obra total llevaba un avance del 10 %, pero la terracería lleva un 60 %, que ha provocado que la cárcava ya no crezca.