La Sala de lo Constitucional ha resuelto y en un Estado de Derecho no queda más que acatar y respetar las decisiones del máximo tribunal del país. En este caso implica un obligatorio entendimiento entre el Órgano Ejecutivo y la Asamblea Legislativa para crear el marco legal de la pandemia y de la reapertura económica.

Todos queremos que haya diálogo y entendimiento. Queremos soluciones, que se inyecte certidumbre en medio de toda estos nubarrones provocados por la pandemia, por la crisis económica que esta genera, pero la confrontación y crispación política permanente no ayuda en nada a que la gente tenga sosiego y mucho menos esperanza que la situación va a mejorar.

Ya no hay que seguir discutiendo quién tiene o no tiene la razón. Lo que sí es necesario es que haya un marco normativo dentro de los cauces constitucionales, que se priorice lo preventivo a lo punitivo, que se encamine al país a la convicción y no a la imposición. Se puede lograr. El país necesita unidad y armonía en estos tiempos tan difíciles.

Los países que han salido adelante son aquellos que con inteligencia, disciplina y entendimientos nacionales han comprendido la dimensión de la crisis sanitaria y la han enfrentado con la ciencia y la tecnología necesarias, no con pánico ni fuerza. También son países que ahora están en la fase de repensar su reactivación y reconstrucción económica, esos buenos ejemplos debemos ver. Es momento de detener tanta confrontación, por el bien de todos.