“Hay una perdida económica de $263.6 millones anuales, eso es diez veces más de lo que recolectamos con los impuestos al tabaco, que apenas son $26 millones”, dijo.
La ministra destacó que, a pesar de la cantidad económica que el país recolecta “sigue estando muy debajo de lo que está gastando en atender a las personas, porque el tabaco no solo produce enfermedades cardiovasculares, respiratorias y accidentes cerebrovasculares”, ya que en total son 23 patologías las que genera el consumo de esta planta de la familia de las solanáceas.
Las enfermedades relacionadas al tabaco generan cada año 1,624 muertes en El Salvador, aún cuando se cuenta con una ley y una Política Nacional de Control del Tabaco.
Verónica Villalta, directora ejecutiva del Fondo Solidario para la Salud (Fosalud), señaló que el monto invertido en atención ($263.6 millones) es asumido por las familias, el gobierno y las empresas.
“Estamos ante un producto que genera enormes ganancias para la industria del tabaco a costa de enfermar, matar y empobrecer a los salvadoreños”, precisó.
Tanto Menjívar como Villalta asistieron ayer a la inauguración del Taller de Planificación Anual del Proyecto FCTC (Convención Marco sobre el Control del Tabaco, en español), que se desarrolla con la participación de 15 países, entre ellos: Colombia, Georgia, Myanmar, Jordania, Madagascar y Sri Lanka.
El proyecto FCTC es financiado por los gobiernos del Reino Unido y Australia; se ejecuta en países con ingresos bajos y medios, ofreciendo asistencia directa para acelerar la aplicación del Convenio Marco sobre Control de Tabaco, que es impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Nos consideran como un país líder en todos los avances que tenemos en la lucha contra los efectos negativos del tabaco y con un alto compromiso en esta lucha”, expresó Menjívar.