Sobre la alameda Juan Pablo II se encuentra el mutilado Parque Infantil, rodeado de ventas, y un vaivén de vehículos con estruendosos pitos, pero en su interior aún sobreviven arboles, juegos que divierten y distraen a los pocos visitantes.

Estructuras de "El Principito", del desaparecido piloto aviador, Antoine Saint-Exúpery adornan el parque, además de las visitas de aves citadinas; el parque fue construído con ayuda del gobierno español e inaugurado el 12 de octubre de 1892.

Originalmente era la finca Guadalupe, con una extensión de 16 manzanas, pero al ser inaugurado se le denominó Campo Marte en honor al dios griego de la guerra, porque era destinado para ejercicios militares, eventos cívicos y culturales.

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En 1893 se le construyó un hipódromo y un autódromo para carreras y en 1924 se transformó en Estadio Nacional hasta la construcción del estadio Flor Blanca, hoy Mágico González.

El campo Marte se volvió a transformar en 1956, cuando se le instalaron juegos mecánicos y se llamó Parque Infantil de Diversiones, y luego fue perdiendo parte de su extensión debido al crecimiento de la capital. En una de sus partes fue construída la Fiscalía General de la República, la Procuraduría, el Ministerio de Justicia y el INDES y se redujo a cinco manzanas y media. Ahora es un medio pulmón en el centro de San Salvador.

Algunos juegos, como su trencito, no funcionan; al igual que la magestuosa entrada construída acambio de otorgar espacio a SITRAMSS.

Algunos de los juegos se niegan a morir, esperando a los visitantes para que en medio de un caos capitalino puedan respirar.

Ayer, el Ministerio de Cultura informó que en enero de 2020 iniciarán la renovación del parquecito, con una inversión de $300,000, parte de la fase II del plan Control Territorial.