Cada día vemos más rubros de la economía reabriendo actividades pese a los enormes riesgos que trae consigo la pandemia. El sacrificio de los empresarios y emprendedores en estos meses ha sido mayúsculo. Algunos de ellos han tenido que cerrar durante este tiempo y ahora han reiniciado actividades.

De un lado, este reinicio genera entusiasmo después de meses de confinamiento y de cierre de opeaciones, el resurgimiento de empleos. Hay que recuperar ingresos y el tiempo perdido, cumplir con compromisos laborales y comerciales. Pero por otro lado, también existe la preocupación real sobre la pandemia, el virus aunque ha bajado su nivel de contagio está ahí afuera y sigue dejando gente enferma y fallecida. De manera que hay una enorme responsabilidad de las empresas hacia el cuidado de sus empleados y sus clientes.

El ejemplo de los restaurantes es uno muy bueno. Estos negocios además de establecer medidas sanitarias y de distanciamiento bastante buenas, han aplicado hasta menús electrónicos para que el riesgo de contagio sea el mínimo. El sector de los restaurantes ha sido de los más afectados durante la pandemia y la propia naturaleza de la enfermedad obliga a que la cantidad de comensales sea mucho menor a la habitual, de manera que seguirán afectados directamente. Igual sucede con los hoteles.

Es importante que como sociedad apoyemos cada rubro que se reactiva y que genera empleos tan necesitados.