Cuando se dice que el padre y el maestro han cambiado, me refiero no solo a su forma de ser o educar; me refiero a leyes, formas de comunicarse que han venido a cambiar el panorama para ambos actores. Antes, la formación de los maestros era diferente, solo se matriculaban a las escuelas de pedagogía, los que en verdad tenían vocación. Desgranar a ambos protagonistas, no es fácil en un solo artículo de opinión.

Los padres de familia responsables por los que escribo, deben de haber notado que las leyes han cambiado. La Ley de protección integral de la niñez y adolescencia conocida como LEPINA, vino desde el año 2009 a alterar los cánones de crianza de los hijos, y a la vez, afectó la forma de educar en los centros educativos. Recordemos que los primeros en educar con valores a los hijos son los padres; en segunda oportunidad, están los maestros.

Los padres y maestros se han transformado, debido a que se han tenido que ajustar a leyes y normas ¿Se criaban con mejores valores a los hijos antes? ¿Era bueno que los maestros corrigiesen a los alumnos mal educados?

Anteriormente, con una mirada, los hijos hacíamos caso; en la actualidad, los hijos son capaces de decir “Si me gritas, llamaré al 911”, eso mismo sucede en los centros educativos, en especial en los públicos. Alumnos mal educados, no saludan y ni buenos días dicen. Pareciera que hoy es el maestro quien debe saludar. Hoy, los padres de familia hasta están comunicándose con los hijos a través de las redes sociales ¿Será que los hijos tienen más confianza comunicar sus alegrías y tristezas a terceras personas a través de las redes sociales? ¿Será bueno adaptarse a las nuevas formas de comunicación?

El trabajo de los maestros en la actualidad, sigue cambiando. Enseñar una asignatura y tener las capacidades idóneas, es fundamental; sin embargo, es recomendable que el verdadero maestro, debe siempre prepararse y saber que cada día los alumnos tienen el mundo en sus manos. El smarthphone ha venido a ser más interesante que la clase magistral. Los alumnos son disruptores, pues, también los maestros deben de serlo.

No es fácil impartir clases, el maestro debe adaptarse a las tecnologías, debe saber que compite con cursos on line gratis (MOOCS), tutoriales en You Tube y otras formas de aprendizaje. Acá se debe de hacer la interrogante ¿O sigo con pedagogías obsoletas o me adapto? Lo mejor es que el maestro esté siempre presto a estar indagando sobre las nuevas formas de enseñar. Los “Millennials”, son los que están rompiendo los paradigmas.

Los maestros han cambiado, antes la sociedad los respetaba, los tenían como una persona que educaba a los alumnos en muchos aspectos. En el siglo XXI, pareciera que son “facilitadores”, así les dicen en el mundo universitario.

El verdadero maestro no solo llega a impartir la clase, debe de saber escuchar a sus discentes (el nivel educativo varía). El rendimiento académico dependerá, de que todos en el aula estén en la misma sintonía, no importa cuántos problemas agobien a los estudiantes. Hay que saber escuchar.

Los maestros, tienen que estar en una mejora continua: adaptarse a las nuevas tecnologías, revisar las competencias de los alumnos, capacitarse en modelos educativos modernos como el STEAM (ciencias, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas), crear grupos en Facebook y otras plataformas de interacción.

Los maestros deben saber utilizar plataformas virtuales, crear grupos en redes sociales, en WhatsApp, etc. Esto significa que, para que un maestro sea innovador, debe adaptarse a los tiempos. Un grupo de WhatsApp ayudará a más interacción con los alumnos, aunque no sea una forma usual de comunicarse para muchos maestros. En España, algunos “mejores docentes”, que han sido premiados por su forma de enseñar, enseñan a estudiantes a través de WhatsApp. Un malagueño enseña historia, otro enseña Fisiología y han tenido éxito. Sin duda alguna, esos maestros han roto paradigmas.

Los padres de familia y maestros son los que guían; por lo tanto, deben de saber que los roles que desempeñan son los mismos, lo que ha cambiado son las formas de comunicarse. ¡Felicidades a ambos, por su encomiable labor!