Construcción es el sector que más creció en 2019, según el BCR. / DEM


La economía salvadoreña ya estaría “cosechando los frutos” del programa de crecimiento económico que lidera el nuevo Gobierno, aseguró el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El organismo internacional actualizó la semana pasada su informe de Perspectivas para América Latina y el Caribe: Nuevos retos al crecimiento”, un estudio en el cual no mostró una modificación a su proyección de dinamismo económico para El Salvador del anunciado en octubre pasado por un 2.3 % del Producto Interno Bruto (PIB) para 2020; por detrás del 2.5 % previsto para 2019.

“El Salvador ya está cosechando los frutos del programa en pro del crecimiento instaurado por el gobierno que asumió funciones en junio”, apuntó en su informe el FMI.

El gobierno de Nayib Bukele se encuentra preparando su “Plan Despegue Económico”, lanzado a inicios de enero, para reactivar la economía nacional en los ejes de agricultura, conectividad y educación vinculada a la cuarta revolución industrial. Se prevé que la estrategia esté definida a mediados de 2020, año en que el Banco Central de Reserva (BCR) vaticina un dinamismo del 2.5 % y sería inferior al 2.3 % de 2019.

 

Lento crecimiento

El FMI señaló que a lo largo de 2019 la actividad económica de América Latina y el Caribe se estancó, al ritmo más lento de los últimos cinco años y habría sido 0.1 %. Para 2020, espera que la economía regional avance 1.6 %, pero es 0.2% inferior al 1.8 % que previó en octubre de 2019.

Para la región de Centroamérica, incluyendo a República Dominicana, el Fondo proyecta un crecimiento económico de 3.2 % en 2019 y que alcance 3.9 % en 2020. Esto se debería al inicio de operaciones de “una importante mina de cobre de Panamá” y las políticas monetarias de Costa Rica y la economía dominicana.

El Fondo Monetario destacó que el crecimiento potencial de la región continúa “estando entorpecido por persistentes problemas estructurales” como el fuerte endeudamiento público, sistemas financieros débiles, alta tasa de desempleo y la vulnerabilidad a los impactos de las materias primas en el mercado.