El territorio del ahora llamado Estado salvadoreño no es muy parecido a hace 200 años, cuando los límites de la provincia de San Salvador no contemplaba a los territorios de Sonsonate y Ahuachapán.


En el siglo XIX, los historiadores remiten que la provincia de San Salvador, gobernada por la intendencia de San Salvador iniciaba en suelo, hoy santaneco y terminaba en La Unión, con diferentes alcaldías menores.


Rodolfo Barón Castro, en su libro La Población de El Salvador, remite que la alcaldía mayor de San Salvador estaba dividida en dos, la de San Miguel y la misma San Salvador, y con el tiempo se fue agregando las alcaldías menores de las poblaciones como San Vicente, que fue la tercera en formarse, y posteriormente Santa Ana. “Dentro de esa intendencia había ayuntamientos, cada una de las ciudades y de los territorios principales tenía su propio ayuntamiento, Santa Ana, San Miguel, San Vicente, Usulután, pero no había tantos municipios como los 262 que tenemos en la actualidad”, explica el historiador salvadoreño, Carlos Cañas Dinarte.


Según el historiador Sajid Herrera, en su ensayo sobre la educación las alcaldías de Sonsonate y San Salvador, la primera era la más grande, tenía 80 leguas de este a oeste y 40 de norte a sur (una legua equivalía a 5,572.7 metros según Gisela von, en su documento La Formación de la Hacienda en la Época Colonial); San Salvador colindaba al norte con la gobernación de Honduras, al oeste con el corregimiento de Chiquimula, al sur con al provincia de Sonsonate y el océano Pacífico y al este con la alcaldía mayor de Tegucigalpa.


Por otro lado, la provincia de Sonsonate era más pequeña, tenía 20 leguas de este a oeste y 18 de norte a sur. Al norte y este colindaba con la provincia de San Salvador, al sur con el océano Pacífico y al oeste con el corregimiento de Chiquimula y Escuintla.


Cabe destacar que la alcaldía mayor de San Salvador había sido elevada a intendencia, previamente, en 1786, según Barón Castro, debido a su notable “población y progreso”. El historiador salvadoreño Carlos Caña Dinarte, acota que este cambio administrativo ocurrió en 1776 y fue parte de las reformas borbónicas que implementó la corona española, al elevar la alcaldía mayor a intendencia, en una provincia dependiente del reino de Guatemala.



“Básicamente lo que había eran hay categorías, en el sistema español, hay alcaldías mayores, alcaldías menores, hay corregimientos”, explica Cañas Dinarte sobre las divisiones administrativas del reino de Guatemala, a la que la provincia sansalvadoreña pertenecía.


Cañas Dinarte también señala que la alcaldía de San Miguel comprendía desde la división natural del río Lempa hasta el Golfo de Fonseca, es decir, lo que hoy comprende cuatro departamentos: Usulután, Morazán, San Miguel y La Unión.


“Cuando se produce la independencia ese era el departamento de San Miguel, es enorme, es un territorio bastante grande, por eso San Miguel tenía puerto en el Golfo de Fonseca, porque era el que controlaba el puerto de San Carlos de La Unión”, explica el historiador.


Curiosamente, para la época habían poblados que eran importantes, por ejemplo al norte del país estaba Tejutla, que era un ayuntamiento destacado, debido al cultivo del añil, según Cañas Dinarte.


Fue hasta después de la independencia, en 1824, cuando la provincia de El Salvador se conforma en territorio, aproximadamente a lo que ahora conocemos como República salvadoreña, comprendiendo desde el río La Paz hasta el Golfo de Fonseca.


Baron Castro le pone fecha a este importante suceso: “Reuniéronse las Constituyentes locales, a las cuales incumbía redactar la carta fundamental de cada Estado. La de San Salvador fue la primera en terminar sus labores, promulgando el 12 de junio de 1824 la de esta sección , que contenía una importante novedad: la de incluir en el nuevo organismo político el territorio de Sonsonate, satisfaciendo así el deseo de sus moradores”.