Recién acaban de terminar las elecciones internas de todos los partidos políticos legalmente inscritos, y que pretenden competir en la próxima contienda electoral para elegir diputados y Concejos Municipales. Unas elecciones inusuales y atípicas porque se tuvieron que realizar en el contexto de una pandemia como nunca antes se había visto, sino también porque la misma situación de distanciamiento social y la imprudencia de realizar actos que implicaran aglomeraciones, hicieron que casi todas las elecciones internas -excepto las del frente-, fueran de carácter virtual, a distancia y mediante mecanismos digitales.

Este tipo de elecciones es algo inédito en el país y se tuvieron que hacer de esa manera dadas las extremas circunstancias en que nos encontramos y el hecho que no se podía diferir el calendario electoral. Esto supondrá el acomodamiento legal que el TSE tendrá que darle a este tipo de modalidad de elección interna, pues a falta de regulación legal expresa que la permita, deberá quizá ser la figura de la fuerza mayor la que deberá de utilizarse para su plena legalización. Ojalá que la decisión no sea la de no validarlas per se, pues en ese caso no habría contienda electoral o tendrían que realizarse de nuevo tales elecciones, lo cual veo imposible, dados los tiempos del calendario electoral.

Lógicamente el TSE revisará los procedimientos utilizados por las comisiones electorales de los partidos para ver que en realidad se haya respetado la voluntad de la militancia, pero espero que no lo vayan a hacer con sesgos políticos o malintencionados o con el exprofeso propósito de afectar a algún partido que según las encuestas tenga la mejor perspectiva de obtener mejores resultados electorales, pues ese tipo de actuaciones no serían toleradas de forma alguna por el pueblo, ya que se volvería a pretender utilizar el aparato público electoral para tratar de descalificar adversarios como ya lo han intentado en el pasado -recordemos el precedente de la cancelación de un partido para evitar que un candidato a la presidencia participara-.

Dicho lo anterior y suponiendo que en efecto tal modalidad de las internas sea aceptada como válida por el TSE, ello implicaría que los partidos políticos y el ente rector electoral estarían admitiendo que la modalidad del voto electrónico es tan válida y admisible para realizar escrutinios, como cualquier otra modalidad de votación presencial, y sin dudas ello acarreará como resultado que se les caiga el argumento a los opositores de esta modalidad de votación, en el sentido que siempre han salido con la argumentación que esta modalidad electrónica no es segura, que no es confiable, que es vulnerable, que se presta al fraude, que no es completamente auditable, etc., argumentos los cuales ahora se les terminaron, pues si ello fuera así, tendrían los opositores que aceptar que sus propias elecciones internas fueron fraudulentas.

Por ello es que, ahora ha quedado en evidencia que la verdadera razón por la que se opusieron a esta modalidad de votación en su momento, fue porque saben claramente que el voto desde el exterior les es abrumadoramente adverso y que una modalidad así -especialmente nuestros compatriotas que viven en países con una alta conectividad digital-, sin dudas el castigo electoral sería mucho más contundente y masivo, y que ya con el que van a recibir internamente tienen “suficiente”, aunque ello implique que le impidan de una forma malagradecida e ingrata, votar más ágil y expeditamente a nuestros compatriotas en el exterior, y por esa razón decidieron continuar con la modalidad del voto por correspondencia, que ha probado ser deficiente, que vuelve engorrosa la participación electoral y que en el pasado ha sido extremadamente baja la participación electoral usando dicha modalidad, y que recientemente por cierto la Sala de lo Constitucional declaró como válido, después que el Presidente la vetara. Pues sí, el sistema se “auto protege” como ya es costumbre.

Así pues, y como corolario de esta columna, hemos de decir que quizá no para las elecciones de Febrero del próximo año, pero sí para las siguientes, la figura del voto electrónico será una realidad para los salvadoreños desde el exterior y porqué no decirlo, podría explorarse incluso la posibilidad del voto nacional bajo esta modalidad, pues lo que se trata en democracia es de fomentar cada vez más la participación electoral de más gente y no al revés, y mucho menos basándose en cálculos políticos interesados que no sirven a los intereses de las mayorías. Igual, el 28 de Febrero del próximo año ¡recibirán una aplastante derrota electoral!