A El Salvador le tomará cerca de dos años recuperar los niveles de ventas previos a la pandemia del nuevo coronavirus, concluye un estudio elaborado por Inteligencia Económica y Financiera en Central American Business Intelligence (CABI).

El estudio se presentó este martes en un foro virtual desarrollado por la Federación de Cámaras de Industria de Centroamérica y República Dominicana (Fecaida) y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), para conocer el panorama político y económico que regirá en el segundo semestre de 2020 tras el choque de la pandemia.

El modelo desarrollado por Inteligencia Económica y Financiera de CABI destaca que las ventas en Estados Unidos, principal socio comercial de El Salvador, caerán 18 % y la recuperación para llegar a niveles antes de la crisis por Covid-19 tomará 18 meses. Esa matriz se adaptó para cada país del SICA, considerado la precondición para las economías así como su exposición global, ciclo de negocios, paquetes económicos y riesgo macroeconómico, explicó Paulo de León, director de la firma consultora.

CABI calcula que a El Salvador le tomará 22 meses volver a los niveles de ventas previos a la pandemia, dentro de dos años. Si la crisis comenzó a agudizarse en la economía salvadoreña en marzo pasado, cuando se decretó la cuarentena domiciliar obligatoria, la recuperación, según este modelo, podría comenzar a observarse a principios de 2022.

Guatemala tiene la economía más “robusta” del SICA con un precondición negativa para enfrentar la pandemia y le tomará 16 meses recuperar sus niveles de ventas. Dos meses antes que Estados Unidos, de esa forma El Salvador sería el segundo de la región en lograr una recuperación más acelerada.

A Panamá –el país con más casos confirmados de coronavirus- también le tomará 22 meses, y Costa Rica volvería a recuperar sus niveles de venta dentro de 25, en tanto que Honduras pasaría 28 meses y Nicaragua en 36, dentro de tres años.



Cambio en el consumo

La reducción en las ventas se observará en general en la cadena productiva, destacó León, pero la actividad más afectada será hoteles y restaurantes con una contracción del 37 %. Las industrias no alimentarias verían una caída de 23 %, y transporte y almacenamiento 20 %, y así en todo el aparato productivo incluyendo el ramo de salud.

Se trata de una caída impulsada por la paralización de la economía, que depende en buena medida de su exposición a canales globales como turismo, dependencia de materia prima, remesas e inversión extranjera directa, además de la situación financiera previo a la emergencia, destacó Gerardo Corrales Brenes, profesor y conferencista en INCAE Business School.

La política de “quédate en casa” tiene una “afectación severa” en centros comerciales, restaurantes, limitación a movilidad, turismo, desconfianza en los consumidores y reducción en compras. “Los clientes ya no buscan lo que quieren sino lo que necesitan, hay una reacción psicológica por temor al contagio y la incertidumbre a ahorrar más y al corto plazo. Definitivamente como industria hay que pensar en diversificar los mercados”, destacó.

Vinicio Cerezo, secretario general del SICA, destacó que la pandemia nos traslada “en muchos ámbitos a escenarios de tiempo de guerra” y la recuperación de la crisis será, según él, en integración. Adelantó que la Secretaría prepara propuesta de reactivación económica para la región.