Perú vivió el sábado otra jornada de protestas con marchas y cacerolazos en rechazo al gobierno de Merino, el jefe del Congreso que asumió como presidente el martes luego de que el Parlamento destituyera a Martín Vizcarra en un polémico juicio relámpago.

Miles de indignados, en su mayoría jóvenes, se lanzaron a las calles en varias ciudades para pedir la renuncia de Merino, en rechazo a lo que consideran un golpe parlamentario. Los enfrentamientos han dejado al menos tres muertos y más de 60 heridos.

Las manifestaciones continuaban en la madrugada del domingo en el centro de Lima, desafiando el toque de queda nocturno en vigor por la pandemia.

La policía recurrió otra vez a gases lacrimógenos y gases pimienta lanzados desde helicópteros para dispersar a manifestantes.

Los jóvenes llevaban carteles con lemas como "Merino, no eres mi presidente", "Merino impostor", "Perú despertó", y avanzaron por las calles al ritmo de batucadas y cánticos.

Simultáneamente un grupo de manifestantes se acercó a los alrededores de la vivienda de Merino, al este de Lima, con cacerolas y tambores.

Tanquetas militares circularon por las inmediaciones de un centro comercial del distrito de San Miguel, en el norte de la capital.

La Conferencia Episcopal instó al gobierno a dialogar.
Es esencial escuchar y atender los gritos y el clamor de la población para recuperar la confianza, la tranquilidad y la paz social", dijo el presidente de la Conferencia, Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo, en un comunicado.

Merino asumió para completar el actual mandato, que expira el 28 de julio de 2021.

Desde el martes, miles de personas han salido a las calles en defensa de Vizcarra, un político sin partido ni bancada en el Congreso pero muy popular.

El Congreso lo destituyó por "incapacidad moral" a raíz de una investigación de la fiscalía por recibir supuestamente sobornos cuando era gobernador de la región sureña de Moquegua en 2014, lo que él niega.