Pasadas las vacaciones de Semana Santa, entramos aceleradamente en la recta final del periodo de transición de Gobierno. A la administración saliente de Salvador Sánchez Cerén le quedan poco más de 40 días para dejar las cuentas claras y entregar el gobierno al presidente Nayib Bukele el 1 de junio próximo.

También es la recta final para que el presidente electo defina claramente lo que será su equipo de Gobierno, que de seguro se verá sometido a un escrutinio pormenorizado de los medios de comunicación y la ciudadanía, los cuales desean de verdad ver plasmado en él todas las promesas de cambio que se han ofrecido.

En estos 40 días también queda la tarea para el presidente electo de determinar sus líneas generales del mandato en temas fundamentales, como la economía, la seguridad pública, las relaciones internacionales, la lucha contra la corrupción, etc.

El país necesita estrategias efectivas y novedosas para acabar con la criminalidad que tanto afecta los estratos de la vida nacional. Igualmente, urgen políticas que mejoren la atracción de inversiones, así como la certidumbre en el clima de negocios, claves para generar empleos, fomentar el crecimiento económico y producir la riqueza que permita el desarrollo de los salvadoreños.