En Cali, la tercera ciudad del país, ciudadanos prendieron fuego al transporte público y se enfrentaron con la policía. Foto AFP


El proyecto de reforma fiscal en Colombia echó leña al descontento que explotó en las calles contra el presidente Iván Duque. Ampliar la base de contribuyentes, elevar impuestos, reducir exenciones y aumentar el IVA de algunos productos son iniciativas que se debaten con cierto escepticismo en el Congreso.

El gobierno aspira recaudar unos 6.300 millones de dólares entre 2022 y 2031 para aliviar el bolsillo de la cuarta economía latinoamericana, golpeada por la pandemia.

A poco más de un año de terminar su mandato y con la popularidad en rojo (33%), Duque ha enfrentado obstáculos para defender la iniciativa en un Legislativo sin mayorías claras.
Es una reforma ambiciosa en términos de recaudo", en la que un "gran porcentaje de impuestos (...) recae sobre todo en las personas naturales". Carlos Sepúlveda, decano de economía de la Universidad del Rosario.

Puntos claves


De acuerdo con Sepúlveda, la propuesta busca invertir la fórmula actual, donde "el 70% del impuesto de renta viene de personas jurídicas y 30% de personas naturales".

Así se contempla gravar por primera vez con impuesto sobre la renta a las personas que ganen más del equivalente de 656 dólares mensuales, en un país donde el salario mínimo es de 248. Actualmente ese rubro concierne a quienes reciben ingresos por más de 1.000 dólares mensuales.

El gobierno espera aumentar los impuestos indirectos como el IVA (la gasolina pasaría del 5% al 19%) y gravar los servicios básicos en zonas de clase media-alta, así como los funerales.

Bogotá, capital de Colombia. AFP


La reforma estima también un impuesto a la riqueza para personas naturales, cuando su patrimonio líquido supere los 5.000 millones de pesos (1,3 millones de dólares).

En cuanto a las empresas la reforma crearía una sobretasa de 3 puntos porcentuales al impuesto de renta y una tarifa más baja para los negocios pequeños.

En su peor desempeño en medio siglo, el Producto Interno Bruto (PIB) del país se hundió 6,8% en 2020 y el desempleo trepó al 18,1% en febrero. Casi la mitad de los 50 millones de habitantes está en la informalidad.