Aunque en teoría la lluvia no podría incidir en la propagación de COVID-19, algunos médicos advirtieron que ciertos hábitos o acciones que se realizan en la temporada sí podrían abonar en mayor riesgo de contagio y podría generar confusiones a la hora diagnosticar, debido al aumento de ciertas enfermedades durante la época lluviosa.


Actualmente se sabe que el virus se puede esparcir a través de gotas expulsadas por una persona infectada cuando estornuda o tose. En invierno es normal que muchas personas puedan aglomerarse en una parada de buses mientras llueve o que busquen estar en ambientes menos ventilados, debido al frío.


Algunos galenos advirtieron que en estas situaciones se puede transmitir el virus con facilidad; sin embargo, uno de los problemas que más señalan es la dificultad para diferenciar las influenzas, por ejemplo, de COVID-19. Por lo general, las infecciones respiratorias agudas y las enfermedades diarreicas agudas se incrementan en temporada lluviosa. En ese sentido, el presidente del Colegio Médico, Milton Brizuela, indicó que los síntomas de estas patologías podrían ser confundidos con la infección ocasionada por el nuevo coronavirus.


“Nos pueden dar confusiones, porque algunas tiene sintomatología similar y nos podemos confundir a la hora de diagnosticar y tratar a las personas (…), o sea, que el invierno complica un poco el manejo de la pandemia desde el punto de vista clínico”, advirtió.


Lo mismo explicó Mario Gamero, infectólogo pediatra, quien agregó que el sistema de salud podría recargarse con el resto de enfermedades que incrementan en el invierno.


“En esta época comienzan otras enfermedades respiratorias aparte de COVID; entonces, lo que va a suceder, es que la gente puede tener un cuadro catarral por otro microorganismo o por otro virus y van a creer que es COVID y pues lógicamente se van a sobrecargar los sistemas de salud”, aseguró.


Jorge Panameño, expresidente de la Asociación Salvadoreña de Infectología, reforzó que los inviernos tienden a incrementar todas las infecciones respiratorias por el hacinamiento que se genera debido al frío.


Asimismo, la epidemióloga Astrid Olano detalló que el invierno “predispone y aumenta las condiciones”, sobre todo en municipios donde viven hasta ocho o diez personas en una misma vivienda. Por su parte, Iván Solano, vicepresidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología, destacó que podría haber complicaciones por el aumento de dengue, fiebre tifoidea e infecciones respiratorias agudas en la época lluviosa.


Ante los problemas, el salubrista epidemiólogo, Adán Montes, recomendó evitar el hacinamiento en el transporte público y en las paradas de autobuses, y “las aglomeraciones en los sitios de comercio o mercado”.